La restricción de actividades no esenciales impulsada por el gobierno provincial para intentar poner freno al avance de la pandemia no tuvo la respuesta esperada en distintas localidades del sur santafesino donde el brote de contagios sigue siendo preocupante.
El bajo o casi nulo acatamiento a la medida quedó reflejado ayer en el fuerte movimiento que mostró la región con el normal funcionamiento de establecimientos comerciales que debieran estar cerrados.
Pero lo sucedido lejos de sorprender representa un comportamiento previsible que va en sintonía con la movida que el sábado protagonizaron comerciantes y centros económicos de distintos puntos del territorial provincial para visibilizar su descontento y reclamar al gobernador Omar Perotti que revea lo dispuesto. Y más aún porque el pedido es acompañado por la gran mayoría de intendentes y jefes comunales.
La realidad indica que la flexibilización de las restricciones ya esta funcionando de hecho. Casilda, Firmat, Venado Tuerto y Villa Constitución son algunas de las ciudades que así lo confirman al tener abiertos sus comercios bajo estrictos protocolos de bioseguridad para prevenir contagios.
“Tener que volver a cerrar las puertas de nuestros negocios significa dejar de percibir ingresos y no poder hacer frente ni siquiera a los gastos. Ya venimos muy golpeados y si no nos permiten trabajar sencillamente nos fundimos”. Así lo indicaron a La Capital comerciantes casildenses que retomaron su actividad hace poco tras tener que bajar sus persianas cuando la ciudad volvió a la ya superada fase 1.
“Sé que este momento de situación sanitaria es la que quizás más demandaría quedarnos en nuestras casas, pero no puedo desconocer las dificultades económicas por las que muchos casildenses atraviesan y hacen insostenible esa posibilidad”. Con esa frase el intendente de Casilda, Andrés Golosetti, manifestó su postura a través de un video publicada en las redes sociales.
En esa línea pidió a “aquellos que pueden evitar ir a trabajar aunque sea temporalmente que lo hagan”, aunque dejó la puerta abierta para quienes “tengan que asistir porque no tienen otro sustento”. Desde esa óptica sostuvo que el municipio “evitará confrontar con ustedes mientras esperamos la flexibilización” solicitada al gobernador.
El secretario del Centro Económico del departamento Caseros, Gustavo Barraza, sostuvo que “lamentablemente se llegó a una situación límite y es inviable volver a cerrar porque los comercios no dan más y necesitan ingresos para salir a flote, especialmente en Casilda cuando recién ahora empezaban a recuperarse del cimbronazo que significó tener que estar cerrado varios días cuando la ciudad volvió a fase 1”.
Similar planteo manifestó el secretario del Centro Económico de Firmat, Miguel Garrofé, al sostener que “la institución acompaña la decisión de los comerciantes locales de no cerrar sus puertas respetando a rajatabla las protocolos”.
La actividad comercial en esta ciudad se está desarrollando con la misma restricción horaria que estableció el municipio ya hace un par de semanas cuando comenzó el brote de contagios que puso en alerta a las autoridades.
El asunto en cuestión no solo generó disconformidad en Firmat sino en todo el departamento General López al punto que el senador Lisandro Enrico mantuvo un encuentro virtual con mandatarios locales en el que también coincidieron en la necesidad de requerir al gobernador la revisión de las restricciones.
“Esto no implica desconocer la validez y legalidad del decreto que emitió el gobernador (Omar) Perotti, pero sí solicitar una readecuación de estas medidas”, explicó el legislador. Asimismo indicó que “es un duro momento para la economía de la región que no puede detener su actividad ya que de ella dependen muchas familias”.(La Capital)