(Por Victor Calvigioni) En la ciudad de Colón se realizaron dos exorcismos. En uno participó el Padre Denis. El segundo fue una situación donde el sacerdote Juan de nuestra ciudad ( en ese momento pidió que no lo nombraran), estuvo presente en el extraño caso llamado de urgencia y realizó un exorcismo “básico”.
En nuestra provincia el cura habilitado es Carlos Mancuso y vive en la ciudad de La Plata respecto a los exorcismo que realizaba dijo en reportaje a 021 “Yo tengo de modelo el exorcismo de la época de San Pío V, allá por el año 1614. Con el correr del tiempo la Iglesia fue tocando el ritual, hasta llegar al día de hoy. Se trata de un rito que dura en promedio media hora y que no siempre es efectivo en ese primer rato, sino que en varias ocasiones se requiere de más encuentros. Puede ser que en ese rato no lo pueda expulsar, porque la persona tiene que estar dispuesta, tiene que desear, relata. Muchas veces, Mancuso se encuentra con la pregunta del diablo, encubierta en la voz del poseído:¿Para qué me querés echar?». Y ahí arranca un intercambio que puede llegar a terminar con agresiones físicas”.
Los exorcismos en Colón
En agosto de 2004, un hombre joven tuvo una experiencia fuera de lo normal y que habría ocurrido ante numerosos testigos que quedaron estupefactos (entre ellos policías y bomberos voluntarios).
El hecho fue estudiado por el propio obispado donde ocurrió el episodio. La posición diabólica fue presenciada por dos sacerdotes (uno de ellos de Colón). La humanidad en nombre de la racionalidad cree poder prescindir de la fe. El demonio existe y las diversas religiones entre ellas católica, evangelista, tienen sus rituales sagrados para contrarestar el poder del mal.
En el mundo existen muchos sacerdotes preparados para estos menesteres. El italiano Raúl Salvucci, exorcista desde 1975, publicó un libro en el que cuenta un sin número de situaciones de este tipo. El título es curioso «Qué hay que hacer con estos demonios».
El sacerdote Salvucci a través de sus escritos quiere dar a conocer la figura «incómoda» del exorcista. No sólo para la sociedad, sino para la misma comunidad cristiana: «Parece que la actitud de la Iglesia hoy frente a la obra de Satanás en el mundo es la del pudor: se avergüenza de admitir esta realidad».
El italiano reconoce que lo más difícil es reconocer los casos de posesión satánica, y distinguirlos de otro tipo de afecciones físicas o psicológicas. «Este es ciertamente el problema más difícil de resolver está ya expresado claramente en la introducción al Ritual del Exorcismo desde 1600. Con frecuencia los sacerdotes que reciben este encargo tienen un carisma que les ayuda en el discernimiento.
Ahora bien, después de 25 años de experiencia y, sobre todo, después de interminables horas de coloquio en el que he seguido durante años caso por caso, he llegado personalmente a la certeza de que existe una determinada serie de tests, semejantes a los que utilizan los psicólogos, que permite la certeza del diagnóstico».
¿Qué buscan las personas que recurren a un exorcista? «Ante todo buscan que se les haga un discernimiento para convencerse de que realmente existe una presencia demoníaca. Pero poco después piden la «liberación inmediata» a través del exorcismo.
Exorcismo colonense
Agosto del 2004. El padre Juan, fue llamado de urgencia para asistir a una persona que podría haber sido poseída en forma demoníaca. En diálogo con este periodista el padre reconoció el hecho, aunque lo minimizo.
En ese momento un hombre joven (en jurisdicción de Wheelwright) comenzó a tener un compartimiento extraño con su familia y estaba sumamente alterado.
El individuo ya en un estado considerado fuera de lo normal, se trepó a una palmera de sustento a los cables eléctricos y tomó los hilos de energía eléctrica con sus dos manos. La víctima habría hecho maza y comenzó a electrocutarse. Los testigos presenciales habrían llamado a los servidores públicos y a la propia policía.
El hombre con fuerza sobrenatural, luego de varios intentos de electrocución, bajó de la palmera y en presencia de una decena de testigos, lanzó de su boca una especie de llamarada. La situación atemorizó a los presentes. El padre Juan fue llamado por el sacerdote de la parroquia donde se desarrollaron los sucesos. Ambos rezaron y lanzaron sobre el probable poseído agua bendita. Los testigos dicen que entre el rezo y el agua arrojada sobre su cuerpo el poseído comenzó a retorcerse hasta quedar casi dormido
El hombre fue hospitalizado y a las pocas horas estaba con sus parámetros de salud normales. El suceso llamó poderosamente la atención debido a que la víctima recibió varias descargas de energía eléctrica que cortaron el suministro de electricidad. Los curas comunicaron la situación al obispado que estudió el caso.
En igual sentido, dos meses después el cura Juan debió recurrir a una vivienda de nuestra ciudad, aunque en este caso, todo se habría debido a problemas explicables desde el punto de vista médico sicológico de las personas que habitaban la edificación.
El Padre Denis
El caso de posesión diabólica fue asistido por el recordado Padre Denis y se desarrolló en julio de 1987. Se trató de una adolescente de 13 años. La menor que se domiciliaba en barrio Belgrano, de un día para el otro comenzó a poseer una fuerza inusual e insultaba a familiares, hablaba varios idiomas y contorsionaba su cuerpo. Los progenitores pidieron ayuda a la Parroquia.
El padre Denis ante el pedido de auxilio dispuso el agua bendita de la sacristía en dos botellitas y se dirigió con su ciclomotor a la casa donde estaba actúando el demonio. El sacerdote irlandés rezó durante largas horas y bendijo a la adolescente. El exorcismo duró dos jornadas, hasta que la chica volvió a la normalidad