María Cristina Robert, madre de Gabriela Viagran-dice Primera Plana- falleció ayer a los 73 años, que además era abuela de Pilar y Calendaria, las hijas de Gabriela y Fernando Pomar, estuvo durante los últimos años encerrada dentro del santuario en la que el destino había convertido su casa, rodeada de lo que ayer eran su hija y sus nietas a quienes consideraba ángeles a la espera de una Justicia que según decía, nunca llegó.
El 14 de noviembre de 2009 la familia se dirigía a Pergamino. Nunca llegaron. Tuvieron un horrible accidente. 24 días después encontraron los cuerpos. Gabriela Viagrán agonizó tres días entre los pastizales al borde de la ruta 31, cerca de los cuerpos de su marido Fernando Pomar y sus hijas Candelaria y Pilar, ya sin vida. Quedó tendida, nunca se supo si consciente, hasta que murió allí mismo, sola bajo un árbol.
Había sido expulsada a través del parabrisas estallado por la inercia del golpe que recibió el Fiat Duna Weekend rojo que manejaba su esposo. El auto se desestabilizó en un pozo del asfalto, chocó contra el cemento de un desagüe, cayó de punta en un zanjón y quedó ruedas para arriba, con las luces encendidas.