Investigan a una mujer por causa de su muerte que la trataron por coronavirus y dengue y habría muerto de mal de los rastrojos

La muerte de una mujer en Roldán, con diagnóstico de Fiebre Hemorrágica Argentina conocido tras su deceso, no está clara. Es que primero fue analizada como presunta portadora de coronavirus y luego se le dijo que tenía dengue. Ante esto, el abogado de la familia aseguró que hubo «negligencia» y habló del maltrato que tuvo que pasar tanto la víctima como su esposo. Ahora investigará la Justicia.

Hilda Grau tenía 53 años, cuatro hijos y un nieto. Murió el pasado 23 de mayo pero las autoridades de Salud de la provincia recién informaron el jueves 4 de junio que su deceso fue por fiebre hemorrágica argentina.

El abogado Marcelo Ganna contó a La Capital que «en el acta de defunción la causa aparece como un paro cardiorrespiratorio. A ella le dijeron informalmente que tenía fiebre hemorrágica y lo hizo personal del Hospital Carrasco, donde estuvo internada, pero no tenemos precisión sobre el verdadero motivo de su fallecimiento. No aparece en ningún documento oficial».

El letrado que representa a José Orellana, esposo de Hilda, explicó que a partir de la exposición que tuvo el tema en los medios, comenzó a actuar de oficio la Fiscalía. Igual, la familia hará la denuncia en breve.

En esa línea, adelantó que se va a realizar la exhumación del cuerpo y a recopilar las historias clínicas como también las declaraciones de los médicos y enfermeros intervinientes. «Recién ahí determinaremos la razón del fallecimiento porque todavía no hay claridad».

Ganna aseguró que «se trata de un caso muy complejo, hay que analizar a cada protagonista en particular en relación a sus responsabilidades. Lo que si tenemos claro es que hubo negligencia. Esta situación lamentable se podría haber evitado si hubiera existido un accionar más responsable y diligente por parte de los actores».

El abogado detalló el periplo por el que tuvo que pasar la víctima. Dijo que Hilda comenzó a sentir fiebre en su domicilio de Roldán, ubicado en barrio Acequias del Aire, el jueves 14 de mayo. La familia hizo lo que correspondía: notificó su estado al número 0800-5556549 de asistencia médica.

La indicación que recibieron fue que descansara, tomara analgésicos, y consumiera líquido a fin de no deshidratarse y que no saliera del inmueble. Pero el cuadro clínico fue empeorando en forma repentina. Además de los síntomas febriles se le sumaron vómitos, diarrea, pérdida del olfato, gusto y apetito. La familia informó nuevamente al centro telefónico de asistencia médica sobre esta involución y empeoramiento. La respuesta que recibió fue la misma: continuar con ese tratamiento. «Esto es lo grave, más porque se pedía que un médico se hiciera presente pero la respuesta fue siempre negativa», afirmó Ganna.

 Recién el 20 de mayo, seis días después del primer síntoma, y al ver que Hilda casi no se podía mover, su esposo decidió llevarla al policlínico San Martín de la ciudad de Rosario «donde la analizan en forma muy leve y le dijeron que tenía dengue».

Ahí le explicaron que debía volver a su domicilio y seguir con el tratamiento indicado telefónicamente. Recién el 22 de mayo, ocho días después del primer llamado y de las insistencias telefónicas describiendo su cuadro clínico crítico y pidiendo por asistencia, se hizo presente un médico del Sies.

«La atención fue muy particular, llamativa. El médico no ingresó al domicilio sino que pidió que la paciente sea trasladada al exterior del inmueble y lo único que hizo fue un hisopado. La familia le rogaba que la atendiera, que la examinara en forma integral y le hicieran un análisis clínico, pero el medico se negó, retirándose del lugar», relató el abogado. Ese hisopado por Covid-19 dio negativo.

«Ese mismo día, al no obtener respuestas y al estar cada vez peor, decidieron llevar a Hilda al Hospital Carrasco. Ahí le hicieron una transfusión de sangre y comenzaron con un tratamiento de rehidratación oral y le inyectaron medicamentos en forma intravenosa. Su cuadro era muy complejo y por eso la derivaron al Hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, que depende del área de salud provincial», ahondó el letrado.

«En el momento que la trasladaron en la ambulancia, su marido fue manejando detrás. Cuando la bajaron, hicieron una maniobra brusca y violenta, Hilda se sostuvo de la ambulancia para no caerse y en ese momento el personal que la trasladaba la insultó. José vio ese cuadro e intervino pidiendo consideración, y aparecieron policías que lo intimidaron y amenazaron», denunció el abogado.

En ese rumbo fue categórico al afirmar que a esta situación «también hay que exponerla porque quien recibió maltratos e insultos, llevaba ocho días peleando por su vida y en esa misma jornada falleció. Además la llevaron de una forma indigna, sin ropa interior y sin ningún tipo de cuidados, menospreciando totalmente su persona».

Esa fue la última vez que su esposo pudo verla. Desde media mañana buscó información sobre su estado, preguntó a todos los médicos que veía y siempre se la negaron. Recién a las 21 horas, y cuando decidió irrumpir en la sala de terapia intensiva, un enfermero que estaba de paso, le informó que su esposa había fallecido a las 15.30.(La Capital)