(Agencia CTyS-UNLaM) Se halló un pequeñísimo fósil, de pocos milímetros, perteneciente al húmero de una rana, mientras se perforaba un pozo de agua a 44 metros de profundidad en el Paraje Tablas, a 10 kilómetros de la ciudad de San Pedro. Podría tratarse de una nueva especie.
Se estima que los sedimentos de donde se extrajo el diminuto hueso fósil fueron depositados en un lapso comprendido entre los 2 y los 2,5 millones de años, es decir, durante la última etapa del Plioceno.
El director del Museo Paleontológico de San Pedro, José Luis Aguilar, comentó a la Agencia CTyS-UNLaM: “Estamos muy contentos con este descubrimiento, porque no existen antecedentes de hallazgo de ranas fósiles en el centro de Argentina para esta antigüedad de dos millones de años; este fósil será estudiado en las futuras semanas”.
El doctor Federico Agnolin, investigador del Laboratorio de Anatomía Comparada del Museo Argentino de Ciencias Naturales (LACEV-MACN) y la Fundación Azara, indicó que “se trata de un húmero muy pequeño de un diminuto anfibio, distinto de los escuerzos y las ranas arborícolas”.
Este hallazgo se produjo en la primera semana de marzo y, si bien no se sabe de qué especie se trata, dada su antigüedad y el desconocimiento casi total que se tiene sobre los anfibios de aquella época, es muy posible que se trate de una especie nueva para la ciencia.
“Es poquísimo lo que aún sabemos sobre ranas y sapos prehistóricos, por lo que este hallazgo realizado en San Pedro, aunque sea un hueso aislado, es de vital importancia”, aseveró Agnolin. Y destacó: “Las ranas y sapos son muy sensibles a las modificaciones climáticas y ambientales, por lo que son fuente importante de información para comprender los climas del pasado”.
Respecto al hallazgo de este húmero de pocos milímetros de longitud, Aguilar afirmó que tuvo aristas bastante particulares: “Fue descubierto por una familia de perforadores, Roberto y Guillermo Bastía, padre e hijo, mientras estaban trabajando en el establecimiento Agro Taurizano, ya con la mecha perforando a unos 44 metros de profundidad”.
“Al colocar la mano para ver el tipo de sedimentos que iban saliendo, Guillermo pudo ver un pequeño huesito de apenas unos milímetros que le llamó la atención y, a los pocos días, lo acercó al Museo de San Pedro para su análisis”, contó Aguilar.
Respecto al contexto geológico del descubrimiento, el doctor Fernando Pereyra, de la Dirección de Geología Ambiental y Aplicada, perteneciente al Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), observó que esta rana fue hallada en la base de la formación Ensenada y tendría una antigüedad entre 2 y 2.5 millones de años, donde se encuentran unos depósitos sedimentarios limosos de origen eólico.
Este pequeño fósil pudo ser identificado gracias a que los anuros, grupo al que pertenecen sapos y ranas, poseen una estructura en forma de pequeña “bolita” en el extremo distal del húmero, en la articulación que forma el codo. Esta estructura esférica les brinda a estas especies gran agilidad a la hora de realizar movimientos rápidos y parecería ser una adaptación para realizar el salto.
La preparación de la pieza fósil estuvo a cargo del Museo Paleontológico de San Pedro, institución donde será conservado. El director Aguilar señaló que “no se conocen ranas fósiles que provengan de la base de la formación Ensenada, nivel de la que se extrajo el ejemplar descubierto en San Pedro”.
“Poder conocer la existencia de una nueva especie de anfibio proveniente de finales del Plioceno-principios del Pleistoceno es un aporte muy importante para la paleontología Argentina”, consideró.