El Gobierno nacional denunció este jueves a la empresa Nu Skin, distribuidora de LumiSpa, un aparato facial que promocionan decenas de influencers en las redes sociales y que se trata de una nueva variante de la estafa conocida como el “esquema Ponzi”, un mecanismo piramidal en el que no todos los participantes salen ganando.
La Secretaría de Comercio Interior de la Nación imputó a la sucursal argentina de la empresa norteamericana por brindar “información falsa y engañosa” para la promoción y venta de sus productos, en violación a la Ley de Defensa del Consumidor.
En un comunicado, el organismo señaló que “el modelo de venta se presenta como salida laboral, cuando en realidad era un esquema piramidal o multinivel, donde no hay ingreso seguro pero sí se requiere que la vendedora/promotora realice una inversión inicial. Y además se premia si se consiguen más vendedores dispuestos a invertir”.
Si bien la empresa está activa desde al menos el año pasado en el país, el hecho cobró notoriedad en los últimos días, luego de que cientos de influencers y personajes de la farándula comenzaran a vender en sus redes sociales una máquina facial. Estafas
Quien inició la promoción fue la mediática Cinthia Fernández, y luego se sumaron Yanina Latorre, Naira Awada, Silvina Luna, Marcela Kloosterboer, Silvina Escudero, Jesica Cirio y Rocío Guirao Díaz, entre otras.
¿Cómo funciona la estafa piramidal?
La propuesta incluía la posibilidad de sumarse como revendedora del producto, por una inversión inicial de $ 20.000 por cada uno de los aparatos. En los mensajes se prometen obtener grandes márgenes de ganancia.
Sin embargo, la ganancia por la venta individual del producto es mínimo, ya que se cobra una importante suma de dinero por un aparato que se consigue por 15 dólares en plataformas de venta online internacionales. El verdadero “negocio” que propone la marca es que cada persona consiga un grupo de revendedores propios. De esta forma, quien realiza el reclutamiento obtiene un porcentaje del dinero de la venta de las demás.
Esta no es más que una nueva variante del “esquema Ponzi”, una modalidad de estafa piramidal en la que se gana dinero a expensas de otras personas, pero sin mediar la producción de valor o la venta real de un producto.
¿De qué se trata? Una persona comienza realizando una inversión en la “base” de la pirámide, y luego debe sumar a otras que, para entrar en el “negocio” también tienen que poner dinero. De ese dinero inicial, un porcentaje le llega a quien la reclutó. Así, los ingresos van subiendo en la pirámide, con un porcentaje mayor conforme se esté más arriba.
De este modo, el éxito del “negocio” dependerá exclusivamente del reclutamiento de nuevas víctimas. Pero hay un problema: en el momento que se corta la rueda (que nadie más ingresa o se revela la estafa) el flujo de dinero se corta. Y quienes quedaron más abajo en la pirámide seguramente no lleguen a recuperar lo invertido.
Este tipo de engaños tiene múltiples variantes, pero el “padre” es el italiano conocido como Carlo Ponzi, quien “patentó” la estafa en Estados Unidos. Este estafador esparció el rumor en la década del ‘20 que tenía un sistema de venta de cupones de correo que generaba grandes ganancias. Como los primeros en invertir en ese sistema obtuvieron grandes sumas de dinero, el rumor se corrió rápidamente y las personas hacían largas colas para confiarle sus ahorros y obtener hasta 100% de ganancias en pocos meses.
Sin embargo, con el tiempo el sistema se hizo insostenible y Ponzi fue declarado en bancarrota, tras lo cual quedó en evidencia la estafa y terminó tras las rejas y luego deportado a su Italia natal. Su esquema, pese a todo, sobrevivió un siglo y hoy sigue captando víctimas en todas partes del mundo. (DIB)