El presidente Alberto Fernández anunciará mañana la nueva etapa del aislamiento social por el coronavirus, que se prolongará hasta el 24 de mayo al menos, pero bajo una nueva modalidad, que incluirá autorizaciones para funcionar a casi 1.100 industrias, mientras que aún no definió si habrá salidas recreativas para el Área Metropolitana ni la modalidad que tendrán si se habilitan.
El formato político del anuncio de la nueva etapa, de “reapertura progresiva” definen en la Casa Rosada, expresará la centralidad que tendrá el AMBA, donde se concentra el 65% de los cosas de COVID-19: Fernández aparecerá flanqueado por el gobernador Axel Kicillof y por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, jefes de ambos distritos y voces que pidieron, con matices, prudencia a la hora de avanzar con las liberaciones.
La fase de reapertura contempla en principio la posibilidad de unas 1.100 industrias vuelvan a la actividad en todo el país, lo que implica la reactivación de unos 200 mil puestos de trabajo en sectores variados -automotrices, indumentarias, calzado y cuero, caucho, plásticos y químicos, papeleras y tabacaleras, entre otros-, la mayoría de los cuales ya pidieron ser exceptuados del aislamiento estricto que rige en estos momentos.
Tanto Fernández como Kicillof y Larreta evalúan si puede haber alguna liberación del comercio en el AMBA y de qué tipo y del mismo modo intentan definir si se pueden permitir salidas recreativas. El Gobernador era reticente a esa posibilidad, según pudo saber DIB, y varios intendentes del Conurbano también, al igual que el jefe de Gobierno, aunque este último estaría más de acuerdo en permitir ciertas reaperturas de comercios.
Una preocupación común es el transporte: ese es uno de los vectores de la propagación del virus, según se comprobó a lo largo del todo el mundo. En particular, el ojo de los gobernantes está puesto en el transporte que une la CABA con el conurbano, porque podría funcionar como corredor de transmisión del virus justo en el corazón de la zona donde se produjo la mayor cantidad de casos.
Kicillof anunció hoy otro de los ejes que lo preocupan: lo que pueda ocurrir en villas y barrios de emergencia. Lo hizo luego de reunirse con el comité de expertos que lo asesoran, tras lo cual se comunicó que se decidió “comenzar a realizar trabajos focalizados en comunidades cerradas y de mayor vulnerabilidad social, que permitan mitigar los contagios y personalizar los controles en caso de circulación del virus”.
Esta preocupación tiene un antecedente cercano: en los asentamientos de la Ciudad de Buenos Aires se registraron en pocos días 365 casos de coronavirus. De hecho, de los nuevos positivos informados ayer, más de la mitad pertenecían a estos sectores.
En la provincia, el municipio de Quilmes, donde se encuentra la llamada Villa Itatí, uno de los barrios vulnerables más grandes del país, es una de las zonas donde potencialmente los contagios podrían dispararse. Por eso, se lanzaron operativos de “búsqueda activa” de contagiados, para actuar sobre ellos y su entorno, de modo de impedir la propagación.
De esa charla con los expertos, Kicillof salió también convencido de que la curva de contagios se aplanó en el interior de la provincia. Se dieron dos ejemplos de grandes centros urbanos, en teoría los potencialmente más problemáticos: en La Plata se cumplieron 5 días sin casos nuevos y en Mar del Plata van más de 20 días sin confirmaciones. Por eso, la flexibilización podrá ser más abarcativa en algunas de esas zonas del interior.
Para lo que aún no había criterio claro es respecto de las salidas recreativas. Se barajaban dos ideas: permitirlas todos los días, pero según horario y número de DNI, o aceptarlas solo para los fines de semana. Esos criterios se podrían cruzar, a su vez con n las aperturas de comercios, para combinarse. (DIB)