Firmat: Armaron un prototipo de respirador para pacientes críticos

Un grupo de emprendedores de Firmat desarrolló un prototipo de respirador para pacientes de coronavirus en estado crítico. Una iniciativa que ya cuenta con el visto bueno de médicos terapistas locales que evaluaron su funcionamiento y a la que sólo le resta obtener la aprobación y certificación correspondientes para empezar a fabricarlo. Otro buen dato es que su costo es menor al diez por ciento de lo que sale en el mercado un aparato convencional.

   Este sistema, que se presentó prácticamente al mismo tiempo que otra iniciativa similar en Rosario (ver página 8) podrá ponerse en marcha ni bien lo autorice la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Y mientras esto sucede, el proyecto sigue cosechando el respaldo comunitario, que se suma al de empresas y profesionales que donaron elementos y horas de trabajo para el armado del primer equipo.

 Los impulsores de esta iniciativa apuntan su mirada a conseguir cuanto antes el permiso de fabricación para poner manos a la obra y producir a escala con la vista puesta en la pandemia por el Covid-19, cuyo pico se espera, según los especialistas, para mediados del próximo mes.

El equipo de respiración artificial, diseñado íntegramente en Firmat con componentes nacionales e importados, cuenta con electroválvulas, plaquetas electrónicas y un dispositivo de control para monitorear mediante indicadores digitales la frecuencia respiratoria y otras variables a fin de regular la presión de oxígeno y aire en base a las necesidades del paciente.

“Se trata de un ventilador ciclador electromecánico exclusivamente para pacientes con Covid-19 que necesitan asistencia por complicaciones respiratorias agudas”, contaron a La Capital los creadores del respirador.

“Al equipo lo armamos en quince días. Luego surgieron detalles propios del inicio del proyecto y tuvimos que hacer correcciones, por lo que terminarlo nos llevó un mes”, explicó el ingeniero Norberto Pellegrini, quien junto al empresario metalúrgico Mauricio Gallo, son las principales caras visibles del proyecto surgido desde la capital provincial de la maquinaria agrícola.

En esa misma línea dijo que “la idea es construir inicialmente 20 equipos para ser utilizados en la ciudad de Firmat”, lo que demandará una inversión de un millón de pesos, por lo que ya encararon gestiones en busca de financiamiento. Para ello, habilitaron una caja de ahorro en la sucursal firmatense del Banco Credicoop para recibir las necesarias contribuciones.

Hasta el momento fueron depositados más de 600.000 pesos y quienes aún no colaboraron lo pueden hacer a través de la cuenta número 2245/1, con CBU 910293955029300224514.

El respirador costaría unos 50.000 pesos, lo que resulta una suma insignificante en relación a los casi 12.000 dólares que cuesta en el mercado un aparato de fabricación nacional, aunque con tecnología de punta y múltiples funciones que no contiene el alternativo.

Pellegrini detalló que están “terminando el gabinete para cubrir el equipo a fin de enviarlo al establecimiento santafesino donde se le realizará la prueba de funcionamiento. Y esperamos que esa cuestión burocrática se resuelva lo más rápido posible para ponernos a trabajar en la fabricación de los respiradores y salvar vidas”.

De no ser así, señaló que evaluarán la posibilidad de “producirlo igual, al menos para asegurar disponibilidad de equipos a nivel local”.

Al grupo de trabajo también lo integran el ingeniero electrónico Marcos Dupuy; el bioingeniero Silvio Laugero; el terapista Adrián Zilli; los diseñadores industriales Gustavo Vaquer y Esteban Dulcich, el diseñador electrónico Carlos Posada; y el ingeniero en sistemas Gastón González.

                                         Otro respirador en Los Molinos

Una experiencia similar en busca de aportar a la pelea contra el coronavirus llevaron adelante jóvenes profesionales de la pequeña localidad de Los Molinos, quienes crearon un respirador de bajo costo que fue probado exitosamente en un maniquí similar al utilizado para prácticas de reanimación cardiovascular.

“La idea surgió con la única finalidad de ayudar”, explicó el diseñador industrial y mentor de la iniciativa, Elian Vranicich, para sintetizar el espíritu con el que fue desarrollado el producto denominado “InspiAre”, bajo la marca Ibot y cuyo prototipo también necesita de la autorización de la Anmat para ser producido y puesto al servicio de la comunidad.

De prosperar el objetivo, el respirador será fabricado para cubrir necesidades locales y de la zona.

Así lo explicó el ingeniero mecánico, Juan Manuel Tallei, tras asegurar que se plegó a la propuesta porque “yo también venía pensando en hacer algo para contribuir en esta emergencia sanitaria por el coronavirus, coincidimos y encaramos este proyecto”.

Tampoco tardaron en sumarse los otros integrantes del grupo, que en apenas diez días finiquitó lo planificado y comprobó que el respirador funciona, aunque todavía resta someterlo a las pruebas científicas de rigor con el objetivo de determinar si es apto para ser aplicado en seres humanos, en lo que confían plenamente.

“El sistema de funcionamiento es sencillo y fue pensado para atender a pacientes que necesitan ventilación o asistencia respiratoria pero que su estado no revista tanta gravedad, como los casos en los que amerita la aplicación de aparatos de mayor complejidad tecnológica que se fabrican en el país”, coincidieron en señalar Vranicich y Tallei.

Y en la misma línea valoraron cómo se involucró la sociedad para colaborar con el proyecto.

“Lo más importante es que este equipo se puede desarrollar sin problemas en esta región de Arequito, Casilda y Los Molinos, ya que los componentes que requiere son fabricados en su mayoría en esta zona, lo que garantiza producir en serie una mayor cantidad y poder hacerlo en menor tiempo”, explicó Vranicich.

El grupo de trabajo, del que también forman parte el médico Emiliano Foco, el técnico en sistemas electrónicos Emiliano Berlanga, el operador Iván Ibarra, y el diseñador industrial Mauricio Santinelli, también evalúa elaborar barbijos para uso social y ya está trabajando en la confección de un recipiente de acrílico para evitar contagios cuando médicos o enfermeros tengan que entubar a pacientes que requieran asistencia respiratoria artificial.(La Capital)