En las últimas semanas la altura del Río Paraná descendió en San Nicolás hasta el metro de altura, un nivel que no se registra desde 1989 y que deriva en problemas para la logística de carga máxima de los buques en los puertos de la región, con lo cual se está cargando menos soja. La situación es también de extremo cuidado en el practicaje para evitar varaduras.La curva de la bajante es pronunciada si tenemos en cuenta que el nivel del agua era de 1,56mts el 9 de marzo pasado.
Sólo en las últimas 24 horas el registro cayó 10 centímetros.
La altura promedio para esta época del año ronda los 2,40mts, lo cual es una referencia muy gráfica del nivel de la actual bajante. La comparativa interanual es otra muestra de la magnitud de la bajante: el 9 de abril de 2019 el río Paraná a la altura de San Nicolás registraba una altura de 2,56mts.
El problema coincide con la etapa de cosecha de granos gruesos. Un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario, con datos de la Prefectura Naval Argentina hasta el día de miércoles de esta semana, reflejó que a la altura del Puerto de Rosario el Río Paraná apenas alcanzaba el metro de altura, muy por debajo del mínimo de 2,47 metros que tiene que registrarse para que Hidrovía S.A. tenga la obligación de garantizar el 90% del tiempo los 34 pies de calado.
Además, en plena cuarentena obligatoria por el coronavirus la operatoria en la zona de los puertos se encuentra todavía afectada por las restricciones en el interior a la circulación de camiones.
Agua potable
Cada bajante pronunciada del Paraná suele ocasionar inconvenientes en la tarea diaria de las plantas potabilizadoras. Consultado por este diario, el director de Obras Sanitarias San Nicolás, Gustavo Elorriaga, aseguró que “hoy la provisión de agua se realiza normalmente. Estamos monitoreando la situación”. Acerca de los problemas que podrían surgir si la bajante no se detiene, Elorriaga señaló que “tenemos la posibilidad de bajar las bombas un metro más, con lo cual estamos preparados para afrontar la situación”, dijo.
Pocas lluvias
La bajante en el Paraná obedece a los registros de lluvias muy por debajo de lo normal en la cuenca de la Hidrovía Paraná-Paraguay. El déficit de lluvias tuvo su epicentro sobre el sur de Brasil, Paraguay y el noreste argentino sobre fines de febrero y marzo, y ha tenido un singular efecto sobre el cauce de los ríos Paraná, Paraguay, Uruguay e Iguazú, según informó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Pero también se advierte que la situación se puede agravar, ya que no existen pronósticos de precipitaciones al menos hasta mediados de abril, y si eso sucede, el caudal de agua puede tardar entre 20 y 30 días en provocar una suba del río a la altura de nuestras costas.(EL NORTE)