Casilda: Ató, amordazó y abusó de su sobrina de 9 años

«El tío me ató las manos y me puso el pito acá» pudo contar la nena de tan sólo 9 años de edad, refiriéndose a lo que le había hecho el hermano de su padre de 24 años de edad hace poco más de 20 días cuando quedaron solos en la casa de la menor por ausencia de los padres y el joven aprovechó para abusar de la sobrina. Este relato forma parte de la declaración que la niña pudo dar ante una psicóloga cuando fue entrevistada luego de la denuncia que realizara la madre luego de una persistente infección vaginal que llevó a la menor a ser internada en el Hospital San Carlos.

bst

Ante esa situación, la médica pediatra alertó a la madre de la niña que había síntomas de abuso, por lo que al consultarla, luego de insistirle pudo contar que «me amenazó que me iba a matar si contaba, y me asusté porque una a la chica que estaba con él la quiso matar«. Cuando la niña fue examinada, por la pediatra y por médicos forenses también les contó: «mi tío me lastimó y me dolía mucho» refiriéndose a lo sucedido en cuadro notorio de angustia.

Esto para la Fiscalía, además de las entrevistas testimoniales, y de otros elementos fundantes, son elementos suficientes para pedir la detención e imputación por abuso sexual gravemente ultrajante contra Juan Ramón G., de 24 años de edad, domiciliado en Barrio Nueva Roma D.

Cuando la niña estaba internada en el Hospital, donde permaneció tres (3) días, el joven fue a visitarla con su madre y abuela de la niña, e intentó -supuestamente, según los dichos de Fiscalía-, desviar la acusación hacia el padrastro de la menor, cosa que resultó totalmente inaceptable para la defensa en la audiencia imputativa de hoy, ejercida por el Dr. Fernando Ritondale defensor oficial, «Ella miente» habría dicho Garay en el Hospital.

Pero no sólo esto molestó a la defensa del imputado, sino que también cuestionó la injerencia de los médicos forenses en cuestiones psicológicas, que además no pudieron constatar lesiones, por lo que aduce Ritondale, la acusación son meras conjeturas del Fiscal y no hay evidencias objetivas para privarlo de su libertad al detenido.

Baños, el fiscal que tiene a su cargo el caso, se mantuvo firme, expresando que «no existe una imputación forzada» manifestando que «siendo la víctima una menor de edad, y habiendo testimoniado, no una sino repetidas veces el mismo relato, estamos obligados a creerle a la víctima y seguir investigando» por lo que solicitó el testimonio de la niña en Cámara Gesell como anticipo de prueba de lo que será en el futuro el juicio oral y público contra el acusado de prosperar la causa. El Dr. Baños, aclaró que no imputó a Garay con el agravante de acceso carnal ya que las lesiones no habían sido comprobadas fehacientemente por los médicos forenses, pero también aclaro que la inexistencia de esas lesiones no implica que no haya existido acceso carnal.

El acusado no permaneció en silencio y al momento de hacerse oír, expresó su pedido de libertad «porque tengo una bebé de 8 meses a mi cargo que es discapacitada y debo trabajar para mantenerla y cuidarla» agregando que la madre de la niña trabaja en Rosario, por lo que «pongo a la nena en un huevito y la llevo conmigo a trabajar cuando chatarreo o corto el pasto haciendo jardinería«, y la defensa argumentó que estos eran elementos suficientes para dejar en libertad al imputado.

La Jueza en esta instancia penal preparatoria, la Dra. Minetti, aceptó la realización de la declaración de la menor en Cámara Gesell y acabó sentenciando, por ahora, al imputado a una prisión preventiva hasta el día 7 de abril mientras se sustancian medidas investigativas adicionales.(Ahora Casilda)