Un grupo de menores se dispuso en calle 49 y 138 del barrio Rivadavia y a los ocasionales vecinos que transitaban por el sitio le pedían dinero para”pasar”. Los chicos estaban haciendo “caja” para pasar la noche del sábado. En esta situación cayeron varios automovilistas,motos y transeúntes, hasta que vino la Guardia Urbana tras una denuncia y solucionó el nuevo “emprendimiento” que habían impuesto.
El mismo fenómeno se observó a fines de la década de los noventa. Aquellos pibes sin contención y librados a su suerte, luego se animaron a hurtos aislados, posteriormente con los meses robos de almacenes y años después poblaron las cárceles de la región por robos a manos armadas. Se podrían dar nombres y sus pequeñas y tristes historias de cada uno de ellos. Recordar que en menos de nueve meses acontecieron 36 robos calificados a distintos almacenes y supermercados.
Lo que pasó el sábado es una génesis de una situación que el Estado Municipal con profesionales y asistencia en su contención debe comenzar a trabajar en pos de una niñez con futuror. La pequeña “travesura” es solucionable e encarrilable.