Cañonazos de uno y otro lado detonan en la guerra entre Zanella y Motomel, en la que hay detrás el futuro de una de las marcas emblemáticas del sector. Deudas, acciones judiciales, y una posible quiebra animan una saga que aún no está resuelta.
Ayer, Zanella acusó a la firma La Emilia, propietaria de Motomel, de ejecutar maniobras fraudulentas con el único objetivo de llevarla a la quiebra y de esta forma quedarse con su valiosa marca a un precio irrisorio. Consideró que es responsable de “incurrir en prácticas desleales y anticompetitivas, lesivas de la libertad de contratación y del derecho de propiedad, con el único interés de obtener a toda costa la adquisición de los activos de Zanella, prescindiendo del ineludible derecho de Zanella de decidir a quién, cómo y cuándo dispone de sus bienes”.
La respuesta no se hizo esperar. El director de Finanzas de Motomel, Fernando Arean, defendió la oferta de la empresa por los activos de Zanella y consideró “absurdas” las acusaciones y la postura de su competidora en crisis.
En concreto, Motomel hizo una presentación ante la Justicia, en el marco de un concurso de acreedores, para quedarse con la fábrica que Zanella tiene en San Luis por un valor cercano a los $245 millones. Pero sus dueños habían acordado vendérselas a la firma IMSA por un valor mucho más bajo que rondaría los $122,3 millones. Motomel denunció irregularidades en esa operación.
“Ratificamos en todo nuestra posición de oferta en el marco del concurso. La oferta es transparente y claramente superior a la otra. Las conjeturas que haga Zanella son de ellos y no nos vamos a hacer cargo. Nuestras presentaciones son todas a derecho y no tenemos injerencia alguna en la situación en la que se encuentra Zanella”, aseguró Arean. Remarcó el hecho de que Motomel ofrece el doble de dinero que IMSA por la fábrica y sin embargo Zanella no tiene intenciones de aceptarla.
El ejecutivo continúa: “Lo llamativo es que Zanella puede recibir el doble de dinero, no lo hace e irónicamente dicen que eso los lleva a la quiebra. Es bastante particular. Si nuestras propuestas son improcedentes lo tiene que determinar la Justicia. Estando Zanella concursada tenemos derecho a hacer una presentación”.
Para Arean, la acusación de que Motomel quiere llevar a la quiebra a Zanella “no tiene sustento” y calificó de “absurda” la postura de su competidor. Agregó además que la intención de la empresa “es seguir creciendo y sostener las fuentes de trabajo”.
En diálogo con este medio, Soledad Fraire, apoderada de Zanella, había sostenido que “es totalmente inexplicable la presentación de Motomel ante la Justicia y fue con el único objetivo de ponerle un freno a la venta de la marca que ya estaba autorizada por un juez”. Y concluyó: “Nosotros como empresa notificamos la operación a la Justicia porque estamos atravesando un concurso de acreedores. Mientras tanto Motomel, en primera instancia, nunca nos hizo una propuesta de compra, y en segundo lugar, tampoco es partícipe de nuestro concurso de acreedores, entonces no tienen ningún tipo de asidero su escrito y acusación”.
El comunicado de Zanella decía ayer: “La Emilia pretende colocar y forzar a Zanella a una situación de quiebra, con el fin de obtener la adquisición de sus activos en un proceso de remate”.
Mientras tanto desde Motomel ratifican que se hicieron varias ofertas directas de compra por la marca Zanella y que todas fueron muy por encima del valor que venta que su dueña aceptó por parte de la firma IMSA.
Explican además que la presentación en la Justicia se concretó como un respaldo a las negociaciones privadas y esperan también que la Justicia se expida luego de la feria judicial. (AMBITO)