La parada total de la planta, comenzará este lunes 25 de noviembre, hasta el sábado 30 próximo, lapso en el que la totalidad de los trabajadores serán suspendidos, a excepción de los que se desempeñan en los sectores de logística y entrega de productos.
Quizás sea la última parada antes que el gobierno peronista que asumirá el próximo 10 de diciembre, comience la tarea de reconstrucción del entramado industrial como prometió el presidente electo, Alberto Fernández, cuya experiencia en el tema, la adquirió sobradamente como Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner en el período 2003-2007.
Es que el daño infligido a la industria nacional e incluso la multinacional por parte de los gobiernos de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en favor del sector financiero y de sus socios (testaferros) del sector energético, no tiene parangón en la historia contemporánea de nuestro país, al decir por la cantidad de industrias cerradas y trabajadores despedidos del sector desde diciembre de 2015.
Según explicaron desde Motomel, la empresa trata con esta medida, de ir regulando el stock de estos vehículos, que después no tengan salida. Situación ésta, a la que llegó debido a la crisis que el sector de la producción de motos viene atravesando desde que comenzó en 2016 el período inflacionario más grave de los últimos 30 años, que fue minando el salario de los trabajadores y su poder adquisitivo.
Zanella peor
El caso de Zanella, también víctima de las políticas de Cambiemos, que ya había cerrado sus plantas en Córdoba y Mar del Plata, hace poco más de un mes, produjo en la planta de Tres de Febrero otras 75 cesantías, al tiempo que Vidal “militarizaba” la fábrica en custodia de sus activos, pero no tomaba ni una medida para cuidar el único ingreso de los 75 trabajadores y sus familias, que se quedaban sin su sustento, obviamente con el silencio e inacción cómplice, de los dirigentes apoltronados en la central obrera de la calle Azopardo. Puede que ahora, si llegue el cambio. (InfoGEI)