Según un trabajo realizado por el área de Extensión de la Universidad Nacional del Centro en escuelas rurales del partido de Tandil, sobre la aplicación de agroquímicos biosidas, la totalidad de los establecimientos relevados, mostraron distintos niveles de contaminación.
En diálogo con ABCHoy la docente Patricia Ackerley y la investigadora Graciela Canziani dieron precisiones sobre el tema.
El dato que surgió del relevamiento en 15 escuelas rurales del distrito, fue realmente alarmante: todas estaban contaminadas con agroquímicos biosidas. “Algunas un poco más y otras un poco menos”, señaló Canziani, quien resaltó que las escuelas de Santa Teresa y La Porteña “son las que más concentración” de producto arrojaron.
“El año pasado el grupo de estudiantes que se acercó a la escuela de Santa Teresa se encontró con que acababa de pasar el mosquito a las 8 de la mañana y los chicos estaban encerrados y las estudiantes que participaron en esta actividad nos decían que era la primera vez que les tocaba respirar el producto”.
“El problema es que después de la aplicación y hasta 48 horas existe la deriva gaseosa que se mantiene en el aire, incluso después de ese lapso sigue habiendo una deriva secundaria y terciaria que puede durar hasta semanas y meses dependiendo del producto” manifestó.
“La gente no entiende que el producto es también tóxico en el largo plazo por aplicaciones repetidas, no se trata sólo del momento de la aplicación. Eso sería una toxicidad aguda que irrita piel, ojos y el aparato respiratorio” explicó la investigadora.
“Pero aparte de eso, en pequeñas dosis estos agroquímicos son en su mayor parte o cancerígenos o disruptores endocrinos o tienen efectos neurotóxicos” agregó.
Otros de los resultados del relevamiento en los establecimiento, fue que los alumnos “algunos saben que los productos son peligrosos porque los papás les explican, pero otros no lo saben porque aplican juntos con sus padres” consideró. “Incluso un chico comentaba que ‘me chorrea todo el producto por la espalda cuando papá me coloca la mochila’” relató. “Otros chiquitos de primaria que trabajan de banderilleros” agregó.
Consideró que “en general hay un desconocimiento de las precauciones que tiene que tener sobre usar una ropa adecuada, que la ropa del aplicador no se lava junto con la de la familia o vuelven a reutilizar los envases usados, algo que es peligrosísimo”.(InfoGEI)