El pasado 27 de septiembre, una fábrica de agroquímicos explotó por los aires en la localidad bonaerense de Mercedes y produjo un muerto. En tanto, todavía se evalúa el impacto ambiental del siniestro. Todo pasó en silencio, hasta que los sobrevivientes y la población local, comenzó a hablar.
Se trata de la fábrica SIGMA Agro SA, ubicada en la ruta 42 a 5 km del casco urbano de Mercedes y a 3,5 km de distancia Gowdlan y Altamira, poblaciones rurales que por estas horas se encuentran en alerta por la contaminación que produjo la explosión.
El hecho ocurrió alrededor de las 4:30 de la mañana y Rubén Ponce, el sereno, era el único empleado que se encontraba en el lugar. Luego de haber intentado salvar unas máquinas de un galpón, el hombre cayó en una zanja con líquidos derramados y estuvo casi una semana en agonía. Murió el 4 de octubre pasado.
En tanto, el municipio que dirige Juan Ustarroz no se pronunció oficialmente sobre el hecho, pero lo cierto es que las miradas se empiezan a posar en la administración de María Eugenia Vidal: ya que tanto la seguridad como la habilitación de empresas de este tipo, están a cargo del gobierno provincial.
“Temblaron las paredes y piso de mi casa. Apenas amaneció se podía ver la estela inmensa de humo negro y un olor muy intenso a agrotóxico. No sabemos ni cuándo, cuánto ni cómo se afectarán, pero va a tener repercusiones graves en la comunidad, fauna silvestre, vegetación, etc”, le dijo a Radio Gráfica, Martín Barros, productor de semillas orgánicas de la zona.(Infocielo)