Tres días después de la derrota electoral de Juntos por el Cambio, Mauricio Macri habló con Alberto Fernández. El mandatario de inmediato publicó en Twitter la noticia: “Recién tuvimos una buena y larga conversación telefónica” y contó que, el candidato del Frente de Todos “se comprometió a colaborar en todo lo posible para que este proceso electoral, y la incertidumbre política que genera, afecte lo menos posible a la economía de los argentinos”.
Asimismo el Jefe de Estado informó que su competidor “se mostró con la vocación de intentar llevar tranquilidad a los mercados respecto a los riesgos de una eventual alternancia en el poder”.
Por su parte, Alberto Fernández dijo que se trató de “una buena charla y una buena forma de tratar de llevar tranquilidad al país y a los mercados. Todos queremos que la economía se estabilice. Tenemos miradas distintas del futuro, pero es parte de la lógica política que estemos debatiendo cómo tiene que ser el país”. Pero remarcó lo que dijo en la previa de la charla: “Él es el presidente y no hace falta que me vea. Sí hace falta que tengamos esta posibilidad de hablar. Yo tengo toda la vocación de hablar y ayudar. No tengo ni un diputado a quien decirle lo que tiene que hacer. Hemos dado un paso y tenemos que estar tranquilos».
Pero durante el fin de semana pasado, el periodista Horacio Verbitsky se encargó de publicar en El Cohete a la Luna el dialogo que mantuvieron vía telefónica ambos aspirantes a la presidencia, donde además analiza el cuadro de situación post PASO y describe al presidente como “deambulante con las piernas de gelatina, trastabillando, recostándose contra las sogas, aferrado al cuerpo del rival e incluso a sus rodillas”.
Dialogo entre Mauricio Macri y Alberto Fernández, según Verbitsky
En el medio del artículo, el periodista cuenta que cuando Macri le envió un mensaje de texto a Alberto, este “le respondió al terminar su clase en la Facultad” y “hablaron por teléfono”, donde “Macri le pidió que lo ayudara a frenar la carrera del dólar y Alberto accedió. Él a su vez le sugirió que hablara con el Fondo Monetario”. Posteriormente, los transcribió.
—Eso mejor que lo hagas vos— replicó Macri.
—A mí me van a consultar y les daré mi opinión, pero hasta diciembre vos sos el Presidente, y como han incumplido todo el programa tenés que hablar con ellos.
—No incumplimos nada el programa.
—¿Qué me estás diciendo? No cumplieron la meta de inflación, no cumplieron la meta cambiaria, cierran el año con 1,7% de déficit fiscal.
—Hemos hecho todo lo que nos comprometimos.
—Hay dos posibilidades. Decile a Dujovne que no te mienta más, o sentate a leer el acuerdo y después me decís qué cumplieron.
—Me alegro de que podamos hablar, valoro tu gesto— dijo el Presidente que se va.
—Y estaré disponible en forma directa cada vez que lo consideres necesario.
—Con tu compañera era difícil hablar.
A la segunda vez que Macri se refirió a Cristina, Alberto lo interrumpió:
—Te llamé porque querías pedirme un favor, no para escucharte cuestionamientos a Cristina.
El diálogo siguió con el pedido de ayuda para frenar el descontrol cambiario. Alberto accedió pero quiso puntualizar las causas de lo que sucedía.
—El lunes dijiste que esto pasaba porque los mercados estaban asustados por nosotros y culpaste a quienes nos votaron. Ustedes son los responsables de lo que sucedió. De tanto insistir en que somos Venezuela, parece que los mercados les creyeron.
—Pero yo no dije nada de eso.
—En estos tres días no dijiste, pero llevás seis meses haciendo campaña con eso.
—Sí, pero Cristina es amiga de Chávez.
—¿Qué tiene que ver Chávez, que murió hace seis años?
—Ella le pidió plata prestada.
Ya muy molesto, Fernández cortó este diálogo absurdo con un Presidente alienado de la realidad:
—Pero, ¿qué estás diciendo? Cristina nunca le pidió nada a Chávez. Fuimos Néstor y yo, y una sola vez, cuando se nos cerraron todas las fuentes de financiamiento.
—Bueno, es lo mismo…
—No sabés lo que decís. Te puedo ayudar a calmar el dólar. Para hablar de esto no tengo tiempo.
Macri le propuso que se tomaran una foto juntos en público. Alberto se negó. Le dijo que ni al propio Macri le convendría. Acordaron los puntos de la información que daría Macri, quien tomó nota y cumplió.
La declaración de Fernández efectivamente hizo bajar la fiebre cambiaria. Los $ 60 que mencionó Fernández no eran una cifra deseada ni fantasiosa, sino el nivel anterior más la devaluación sucedida. A despedirse y ya en un tono más sereno, Macri preguntó si Alberto quería pedirle algo.
—Que le hagas caso al presidente del Banco Central y cuides las reservas. Que actúes como Presidente y no como candidato, que los corras a Peña y Dujovne, porque aparte de que han perdido toda credibilidad, tienen en pie de guerra a tu propio gabinete.
—Esto último no es fácil. ¿Quién querría hacerse cargo en este momento?
Es comprensible. A la inversa, todos quieren verse con Alberto. Por ejemplo, Marcos Galperín, quien hizo el contacto a través de Wado de Pedro y al salir dijo que era muy positivo que lo hubieran recibido. O el periodista más enardecido en la defensa de Macri y la diatriba contra la oposición, quien llegó a la sede de la calle México disfrazado, con anteojos negros, gorra y bufanda. Cuando repitió por tercera vez sus explicaciones, Fernández cortó esa autohumillación y le preguntó qué quería.
—Mantener el contacto abierto.
—Siempre lo tuviste, hasta que dejaste de llamar porque empezaste a trabajar para Macrì. Llamá cuando quieras.
Más decorosa fue la cita del candidato con el CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto. Habrá que seguir con atención las páginas y las pantallas del Grupo para atisbar cómo fue ese diálogo, que Cristina conoció con antelación.(Infocielo)