(Por Victor Calvigioni) La ciudad de Colón vive por estos días dos problemas sin solución: Los perros en la calle y más de treinta derrames en la calle del agua de red. Trataremos de explicar en forma simple para entender las dos preocupaciones que azotan a los colonenses y repercute fuertemente en el “bolsillo” del Municipio.
Con respecto al agua de red que inunda varias calles de nuestra ciudad, es un problema que se podía solucionar y ahorrando dinero del presupuesto municipal. En este sentido, cuando la Cooperativa Eléctrica, por diversos problemas corta el suministro eléctrico, las bombas extractoras de agua se detienen, dejan de extraer el vital líquido. El tanque de agua central, ubicado en Obras Sanitarias en calle 42 y avenida Las Palmeras, se vacía rápidamente.
Cuando regresa el suministro eléctrico, las bombas comienzan a funcionar y el tanque reservorio se llena lentamente. Sin embargo, las cañerías quedan llenas de aire y cuando los colonenses comienzan a consumir el fluido, se rompen las cañerías de la red en las uniones.
Un ejemplo que puede aclarar la situación. Cualquier consumidor en una vivienda cuando se vacía el tanque de la misma y al regresar el agua, abre la canilla, siente las explosiones en la cañería antes de que salga el agua. Es el aire que se acumuló en su interior es el motivo.
Los mismo ocurre en la red de agua municipal. ¿Cómo se hubiese solucionado esto ya hace muchos años?. Muy fácil. Se debería haber adquirido las válvulas para “purgar el aire” y ponerla en el sistema.
Si se hubiera planificado correctamente se hubiese ahorrado “carradas” de dinero del erario público. Unas cuantas válvulas purgadoras de aire ahorraban durante años lo que se “gasta” en operarios rompiendo el asfalto, cambiando caños, poniendo costosos repuestos, tapando los pozos y poniendo nuevamente el asfalto. ¿Era tan difícil de determinar?. Hace años que venimos publicando esta falla.
Los perros en la calle
El tema de los perros callejeros es una gruesa deuda del Municipio con la población. Después de seguir veinticinco años un mismo sistema gastando millones de pesos para solucionar la problemática de los perros, el sentido común nos debe indicar que algo está fallando. Los incidentes y los perros sin propietario va en aumento, y los caniles están abarrotados.
El último caso de violencia entre vecinos ocurrió en cercanías de calle 25 y 46 el sábado 18 de mayo a la mañana. En un edificio de esta calle, una vecina da alimento a diez perros sin dueño. Acción loable. Pero…los inconvenientes que trajo a las vecinas son muchos. Hubo peleas, discusiones fuertes, y hasta intervención de la Policía Comunal. A esto se debe agregar, los más de veinte accidentes en bicicleta y en moto que ocurrieron en el último año, por acción de perros callejeros (algunos muy graves) con un costo económico, en horas caídas de trabajo, sistema de salud, medicamentos, daños sicológicos etc.
La problemática de los perros en las calles, parece no tener solución y avanza sobre los convecinos causando accidentes de tránsito, molestias y mordeduras en los más pequeños. En los últimos años se gastaron desde la Comuna, millones de pesos y el problema no disminuyó. Por el contrario pese a los esfuerzos de personas y asociaciones la problemática aumentó. En Colón existen más de 7000 perros. Una simple ecuación nos indica que en lugares abiertos se elimina en promedio por cada jornada unos 1000 kilos de materia fecal y 2000 litros de orina.
El 80 por ciento de los perros no está desparasitado, o sigue regularmente cada año un tratamiento para eliminarlos. Un estudio realizado indica que en las plazas de la provincia de Buenos Aires el 78 por ciento del suelo y el 45 por ciento de los areneros están contaminados con parásitos provenientes de los canes.
Un chico que concurre a una plaza puede “contagiarse” de por lo menos 20 zoonosis (algunas de las cuales causan hasta la ceguera). Un tema para debatir y buscar una solución. Por otro lado, el 50 por ciento de los lesionados son menores de 14 años y el 80 por ciento de las lesiones graves se producen en menores de 16 años. Un dato importante es que el 70 por ciento de los accidentes por mordidas se produce en la vía pública y el 80 por ciento de los perros mordedores tienen propietarios. Cuando un chico está jugando en la plaza o en un arenero, si no existe una prevención adecuada y protección del sitio puede contagiarse por para- sitos llamados Toxocaras, Ancylostoma, Trichuris, etc que pueden producir diarreas, constipación, obstrucciones, etc y anemias, y hasta pueden invadir otros órganos (hígado, pulmón, etc), causando síndromes de larva migrans.
Los excrementos de perro son también un reservorio de otro parásito llamado giardia dudo- denalis, un frecuente agente productor de diarreas en niños y adultos, como de ciertas bacterias enteropatógenas llamadas salmonellas.
La orina de los perros infectados puede ser el vehículo de propagación de leptospirosis o aún afectar el sistema nervioso central produciendo meningitis en bebés.
Los pelos del animal pueden causar la sarna sar- cóptica producida por un ácaro llamado sarcoptes –entre otras