A raíz de una de las peores crisis económicas desde el Rodrigazo en 1975 sacude a la Argentina, Arcor, la empresa alimenticia más grande del país, pasa por uno de sus peores momentos de su historia, por lo que sus trabajadores temen por posibles despidos y suspensiones.
Según anunció la propia empresa a través de un comunicado, “ante la baja en la demanda de alcohol y los altos stocks, la compañía se ve obligada a suspender momentáneamente la producción. El personal será destinado a tareas de producción de harina de maíz y polenta”.
La medida, que afecta directamente a la planta que Arcor tiene en el distrito bonaerense de San Pedro, por ahora no prevé despidos ni suspensiones, según explicó el delegado de la comisión interna, Fabián Olivieri, quien aseguró que “Hay una parada total, aunque por ahora no afecta en términos salariales a los trabajadores, que vamos a ser reubicados en otros de los establecimientos de Arcor”.
Esta medida tomada por la empresa alimenticia, se da en el marco de una caída por décimo mes consecutivo de la Actividad Económica, que en los últimos doce meses alcanzó una caída del 5,8 % en tanto que para el primer bimestre del año, la contracción fue del 5,3 %, y con tendencia a la baja para los próximos meses; datos del Indec que InfoGEI diera cuenta este martes.
Esta catastrófica caída de la actividad económica en la Argentina, tiene su explicación en la aplicación del ajuste ordenado por el FMI, como condición del préstamo inédito de 57 millones de dólares que el organismo multilateral le concedió a nuestro país, y que a la luz de los hechos, fue para financiar la fuga de divisas y no para reactivar la economía.
El alcohol que produce la firma se revende a grandes empresas que producen bebidas, como Fernet Branca, y otras que se dedican a los insumos de higiene personal, como es el caso de Unilever, productos cuyas ventas se vienen derrumbando desde la aplicación de dicho ajuste. (InfoGEI)