El martes a las 19, en calle 42 y 21, chocaron dos motos sin consecuencias físicas para sus conductoras y acompañantes. Sin embargo debe dejar una enseñanza a los progenitores desaprensivos que dejan en manos de sus hijos verdaderas armas cargadas de “angustia”.
Una de los motos era guiada por una adolescente de 14 años, y la otra por una menor de 15 años que iba acompañada por dos chicos de 6 y 11 años. No hubo una tragedia de milagro. Los accidentados fueron trasladados al Hospital Municipal “Eduardo Morgan”. Los médicos diagnosticaron golpes y magullones.