Pergamino: Productores de soja frenan transacciones a la espera de fin de guerra comercial

PERGAMINO, Argentina/CHICAGO (Reuters) El productor, que monta una Harley-Davidson alrededor de las 4.500 hectáreas de tierras que administra, espera una cosecha abundante de soja cuando comience a recolectar este mes, pero él y sus vecinos se resisten a cerrar acuerdos con los compradores con la esperanza de que haya avances en la resolución de la guerra comercial y que se incrementen los precios.

Estados Unidos y China, el mayor productor e importador de soja del mundo, respectivamente, se han aplicado mutuamente impuestos a la importación de bienes valorados en cientos de miles de millones de dólares como parte de su disputa.

Los aranceles hicieron que la soja estadounidense fuera demasiado cara, por lo que Pekín dejó de comprarla y generó un exceso que ha afectado a los contratos en Chicago, el mercado de referencia para el comercio mundial de granos.

El miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que un acuerdo comercial con Pekín iba bien, con los negociadores de Estados Unidos listos para viajar a China la próxima semana para otra ronda de conversaciones.

Las negociaciones para resolver la disputa han sido turbulentas. El miércoles Trump también afirmó que los aranceles permanecerán vigentes durante mucho tiempo y la semana pasada dijo que no tenía prisa por llegar a un acuerdo.

Los futuros de la soja en Chicago rondan los 9 dólares por bushel, solo unos 90 centavos por arriba de los mínimos de la década alcanzados en septiembre.

“(Estoy) esperando un precio mejor al actual”, dijo Santillán, uno de los productores que habló con Reuters en los campos verdes de soja, que alcanzaban hasta las rodillas, en las Pampas fértiles del país.

“Este año, los cultivos de soja en general están muy buenos, excelentes, están mejor que otros años. Tenemos que pensar que arriba de las 55 millones de toneladas de soja vamos a tener seguro”, agregó Santillán.

INCERTIDUMBRE

Argentina depende mucho de la cosecha de soja ya que el país sudamericano es el tercer productor mundial de la oleaginosa y el mayor exportador de aceite de soja.

Una severa sequía el año pasado arrastró a la economía a la recesión, mientras que los ingresos tributarios extraordinarios de este año podrían ayudar a financiar los gastos del Gobierno y apuntalar la candidatura del presidente Mauricio Macri para la reelección.

El retraso en las ventas podría obstaculizar eso. Según los datos del Gobierno, solo el 16,2 por ciento de la cosecha esperada de esta temporada se vendió a principios de marzo, comparado con el 30,5 por ciento en el mismo período del año anterior.

La incertidumbre sobre los precios y los retrasos en las transacciones también podrían alterar el comercio mundial, ya que los principales compradores buscan bloquear la oferta, como Archer Daniels Midland Co., Bunge Ltd, Cargill Inc y Louis Dreyfus Co..

El cuarteto “ABCD”, que domina el comercio mundial de granos, depende de un flujo constante de granos para obtener ganancias en un negocio típicamente de poco margen. La renuencia de los agricultores a vender a precios bajos ha molestado a los comercializadores recientemente, en particular a Bunge, que culpó a los agricultores que venden en Brasil por las ganancias que perdió el año pasado.

El presidente ejecutivo interino de Bunge, Gregory Heckman, calificó a Argentina como “uno de los grandes comodines” para el negocio de semillas oleaginosas de la empresa en 2019, y dijo que anticipaba que los agricultores retendrían más su soja como cobertura contra la inflación y las fluctuaciones de la moneda.

“Las ventas de soja están ocurriendo más lentamente esta temporada que en cualquier otro momento en los últimos 10 años”, dijo un corredor de granos con sede en Buenos Aires. “Los agricultores dicen ‘No me gusta el precio y no necesito el dinero ahora porque pude ganar dinero con trigo y maíz. Así que esperaré’”.

La incertidumbre sobre la cosecha de soja llega en un momento complejo para el presidente Macri, quien lucha por reactivar la economía mientras se enfrenta a los desafíos de sus rivales políticos antes de las elecciones generales de octubre.

“Para Argentina, la guerra comercial entre Estados Unidos y China agrega más incertidumbre a un país que está lleno de incertidumbres”, dijo Jorge Bianciotto, quien administra un campo de 2.300 hectáreas llamado La Lucila, en Pergamino.

Un campo de soja que fue afectado por inundaciones cerca de la localidad de Norberto de la Riestra, Argentina, Enero 8, 2019. REUTERS/Marcos Brindicci

Su vecino, Juan Girado, que tiene una plantación de 500 hectáreas, comparte su preocupación.

“Cuando se dice que van a arreglar (el conflicto comercial), los precios tienden a subir y cuando el conflicto aumenta, los precios bajan,” explica Girado. “Con la gran cosecha de Argentina y con los precios bajos que tienen, sería bueno tener buenas noticias de arreglo entre Trump y China”.