A las 16 horas del martes 26 de febrero el Canal de Noticias TN publicó la siguiente nota «Sol es de Colón, provincia de Buenos Aires. Vive aterrorizada porque el padre de una de sus hijas la amenaza de muerte. Está detenido, pero la carátula de la causa corresponde a un delito excarcelable.
Sol Pollini tiene 26 años y dos hijas. Vive atemorizada porque, después de sufrir violencia de género por parte del padre de una de ellas, del que ahora está separada, las amenazas y agresiones la hacen sentir que su vida corre peligro.
La justicia de Pergamino ordenó la detención del hombre cuyo nombre es Edgardo Marcellini, pero el Juzgado Correccional 1 caratuló la causa como daños y amenazas, y esa calificación permite que sea excarcelado. «Aguanté insultos, golpes y todo tipo de maltrato. Lo aguantaba por miedo a que me matara si no volvía con él», explica Sol. «Prefería volver con él a aparecer muerta. Es muy difícil salir de estas situaciones pero hoy digo ‘basta’. Por mis hijas y por mí, quiero que vaya preso por todo lo que nos hizo. Y que se aleje para siempre de nuestras vidas», continúa.
Los relatos de Sol parecen a escenas de una película de terror. Entraba a su casa y lo encontraba sentado en el baño, después de haber forzado la entrada. La golpeó con una de sus hijas en brazos. Se mostró a través de la ventana a sus padres y hermana, con una cuchilla en la mano. Quiso acuchillar a al padre de Sol. Cuando llegó la Policía, estaba a oscuras dentro de la casa, con el arma.
A Sol le ofrecieron ponerle como custodia un patrullero en la puerta de su casa si es liberado, pero ella vive en una zona descampada, donde se siente totalmente vulnerable. «Puede entrar por la puerta del vecino, por atrás o por el costado, y matarme sin que nadie se entere«, advierte. Según la joven, Marcellini consume alcohol y otras drogas.
El año pasado, en la misma zona, Delia Guerrero fue asesinada en su casa por Leandro Ayala, el padre de su hija de tres años. El femicida también le disparó en la cabeza a la nena y a otro hijo de Delia, de 13 años, que quiso cubrir a su hermanita con su cuerpo. Además, mató a Omar, padrastro de Delia, que estaba de visita. Después, se suicidó. El crimen sacudió a Colón.
Rosana Albisini, una abogada que asiste y representa a víctimas de violencia de género sufrió varios atentados en represalia por su actividad. Entre ellos, la sospechosa muerte de sus perros por envenenamiento, pintadas insultantes en la pared de su estudio y recientemente la rotura de la vidriera de la tienda y zapatería de sus padres, un local histórico en esa ciudad bonaerense.
El reclamo de Sol, a través de una petición en Internet para que su expareja espere el juicio en la cárcel y que la calificación del delito se cambie a violencia de género, tiene ya casi 60 mil firmas.