Dos personas heridas fue el saldo del accidente ocurrido anoche en la ruta 31, a unos dos kilómetros del cruce con la ruta 45 en sentido hacia Carabelas, cuando por causas aún no establecidas un camión se despistó, patinó sobre la banquina y cayó en la zona de préstamo, realizando el típico movimiento de «tijera» y sufriendo daños muy importantes en la cabina, donde viajaban las víctimas indica el Portal de Rojas.
El accidente ocurrió pasadas las 3 de la mañana. El camión, un Ford patente LFD 879 de la firma «Transporte Bonino Fabio Daniel» oriunda de la pequeña localidad de Reducción, Córdoba, viajaba vacío arrastrando un acoplado dominio HXT 469. Como consecuencia del golpe sufrido, la caja del vehículo quedó desprendida del chasis, mirando hacia Carabelas (desde donde venía), mientras que el acoplado conservó la posición en la que viajaba.
Los heridos fueron rescatados por una dotación de Bomberos Voluntarios que llegó rápidamente al lugar, y trasladados al hospital Unzué para su atención a bordo de una ambulancia del SAME. Su estado de salud no se conocía en el momento del rescate, pero ambos estaban conscientes y, aparentemente, no corrían riesgo de vida, según estimaban los servidores públicos.
También participaron del manejo del siniestro efectivos de la Policía Comunal de Rojas y de la Patrulla Rural, quienes cortaron la ruta y organizaron las cosas para evitar nuevos inconvenientes. Si bien el camión accidentado estaba fuera de la calzada, el tránsito fue interrumpido durante aproximadamente una hora, para permitir una más eficaz labor de las ambulancias y los bomberos
Luego de ser rescatados y atendidos, los ocupantes del camión accidentado (un hombre y una mujer) declararon que el motivo del episodio fue la presencia de un segundo transporte que circulaba en la misma dirección (Carabelas-Rojas) a baja velocidad, y que fue advertido por el conductor cuando ya «lo tenía encima». La frenada y el volantazo para evitar esquivarlo habrían sido el motivo del despiste. La cabina del camión sufrió daños severos al golpear con su propio acoplado, que iba cargado de maíz, tras el «movimiento de tijera».