La agricultura es una suma de partes: el clima, el diseño de la estrategia, la provisión de insumos y maquinaria, y finalmente, todo aquello que costó producir, poder venderlo a buen precio.
Esta visión del negocio de 360 grados es la que tienen en la empresa familiar Oderda, Pedro e Hijos, que administra unas 7000 hectáreas en el sur de Santa Fe, con base en la localidad de Wheelwright. El objetivo es que los lotes y cultivos den al máximo pero respetando un esquema de intensificación que pondere la sustentabilidad.
Si se hace hincapié en la revolución que afronta la agricultura en la actualidad, la simiente se ha transformado en un vector de alta carga tecnológica. «Encaramos la campaña de soja con mucho optimismo, incluso porque pudimos sembrar sectores que hace varios años estaban anegados», se entusiasmó Javier Torres, gerente de Producción del establecimiento «La Sarita» en la localidad de Hughes. Y agregó: «Estamos trabajando con variedades de última generación Intacta, más que nada porque nos da tranquilidad y porque nos permite diferenciar ambientes».
La estrategia de la empresa es usar esta tecnología, que facilita el control de plagas y malezas pero también propone un plus de rendimiento en campos alejados o en los que pueda resultar difícil llegar, así como también para amortiguar el impacto ante una amenaza expandida. «Como estamos trabajando en una zona muy amplia buscamos tener un amortiguamiento por si tenemos un ataque de insectos, y que nos permita llegar con las herramientas propias a hacer las aplicaciones donde estemos con RR1», explicó.
Torres destacó el vigor inicial de esta tecnología, así como un plus de 200 kilos por hectárea que han logrado respecto de variedades RR1 producto -según Torres- de un ciclo en el que sufre menos estrés.
Así, en los años en los que acompañan las lluvias, se lograron 62 quintales por hectárea de rendimiento en esos lotes del sur santafesino.(Clarin)