(Por Victor Calvigioni) El caso de Sheila Ayala debe ser un aviso. Como puede ser que nadie se dio cuenta si hasta su violador y asesino escribía en su cuenta de Facebook que estaba enamorado de esa nena de 10 años. En este sentido, los hechos que se pudieron determinar de abuso sexual contra menores nos deben poner en alerta como sociedad. Docentes, visitadores sociales, médicos, enfermeras, trabajadoras sociales (Comedores, clubes) y la propia justicia deben estar con los ojos bien abiertos.
Todos a ponernos la camiseta. Por cada caso que se puede probar existen muchos otros, donde las víctimas están viviendo un infierno. Cabe destacar que estos casos judicializados se deben llevar hasta final, sin ningún tipo de “negociación” contra los victimarios, por menor condena. (Juicio abreviados), siendo responsabilidad de quien los concede lo que pueda suceder si estas personas cometen nuevos abusos sexuales. Estas personas son enfermas (violadores etc) y no tienen cura posible (científicamente comprobado).
En este sentido, y a modo de demostración que estos depravados pueden estar cerca nuestros hijos damos a conocer los casos emblemáticos ( en los últimos veinte años existen decenas) y que a modo de ejemplo publicamos:
Una nena de 14 años con retraso madurativo
El último caso es siniestro y repugnante. Cinco hombres abusaron sexualmente de una nena de 14 años con retraso madurativo recibiendo condenas por acuerdo de reconocerse culpable de entre uno año (la mayoría) y seis años (un solo depravado).
En la declaración de la víctima de acuerdo a los procedimientos adecuados (Cámara Gesell) comenzó el relato diciendo que tuvo “problemas con los amigos de su mama y un tío, los mismos son ocho; que en relación a “G” que vive al lado de sus casa, no sabe como se llama…que éste la manoseaba con la mano cuando no estaba la madre, que la tocaba en todo el cuerpo, por debajo de la ropa … me tocaba con la mano… y le decía que no le diga nada a su madre…” . En relación a “C” siempre le decía de hacer cosas…cuando quedaba a solas con el mismo , le regalo cosas para que yo me deje hacer las cosas esas, pero yo no quería, me compraba panchos y gaseosa, la manoseaba en la parte de abajo y los pechos, le empezaba a sacar la ropa, la seguía manoseando y la tocaba con el pene y se lo apoyaba en la vagina, dijo le salía algo blanco del pene …me tocaba con lo que tiene él abajo, con el pene, me lo apoyaba en la vagina…le salía algo blanco. Una vez en mi casa fue para la pieza y cerro la puerta y me metió el pene, le dije a mi mamá y no me creyó…dijo que veía a su madre haciendo el amor con “R”. En relación a “C” relato que la manoseo una sola vez “me manoseaba y en una oportunidad quiso meterme y no pudo porque justo llego alguien.”, En relación “N” expreso que le metía los dedos en la vagina…una vez le dejo un chupón y me lo saque con un peine… y finalmente con el hombre que vive a la vuelta de su casa…la encerraba y le decía si quería hacer algo que lo haga con él…la manoseaba en el patio de él por debajo de la ropa. Quería hacer lo mismo que hacia mi mamá y le dije que no…”.-),
Joven de 25 años y con retraso mental
El terrible suceso ocurrió a principios de agosto de este año en horas de la tarde a plena luz del día, cuando el imputado de 40 años “L” (Casado y con hijos, aprovechándose del retraso madurativo de la víctima (25 años) y de su estado de vulnerabilidad, la obligó a que lo acompañara hasta un descampado cercano a un club (Porteño) ubicado en un barrio periférico de Colón. Una vez en el lugar, abusó sexualmente de ella, deponiendo su actitud ante la llegada de la directora del Centro de Día al cual concurre la mujer violentada.
El Juez de garantías Julio Caturla dictó la prisión preventiva del imputado en detención formulado por el agente fiscal titular de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Descentralizada Nº 2 de Colón, Ignacio Uthurry por el delito de abuso sexual con acceso carnal. Ahora se encuentra en la cárcel de Junin.
La violación de las hijas
Hace dos meses el abusador de sus hijas con domicilio en Hughes fue condenado a 11 años de prisión por los Tribunales de Melincué a cargo de Leandro Martín. La condena fue conocida ayer miércoles. Lo acusaron de abusar sexualmente de sus dos hijas. La condena había sido requerida por el Fiscal Matías Merlo.
El acusado identificado como Leandro Santalla deberá cumplir prisión efectiva. La condena a Santaya fue encontrado penalmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante agravado, por la relación de convivencia preexistente con un menor de 18 años, y abuso sexual simple agravado, ambos delitos en concurso real, (por la relación de convivencia preexistente con un menor de 18 años). En los alegatos estuvo claro que el depravado aprovechaba que su mujer salía a trabajar para abusar de las menores
El fiscal que investigó el caso es Matías Merlo, quien le atribuyó al acusado la autoría del delito de abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante por la relación de convivencia en perjuicio de las dos niñas
Violó a una nena con retraso madurativo
El condenado por la justicia pergaminense vivía en una quinta de calle 16 entre 56 y 57. Allí organizaba fiestas con adolescentes y concurrían lujosos auto. También recibía un subsidio del Estado. O. Moreyra quedó con prisión domiciliaria y poco después convivía en una vivienda del barrio 9 de Julio con una mujer con una pequeña hija, rubia. Nadie pareció enterarse. El deparavado había abusado de una nena discapacitada que había declarado en la Cámara Gesell. El relato ante una sicóloga que por los vidrios era observada por miembros del Poder Judicial fue espeluznante y sorprendió a los que lo presenciaban. La nena relató en forma natural fue diciendo como era abusada sexualmente por O. Moreyra con domicilio en calle 56 entre 16 y 17.
En la computadora se habría secuestrado fotos aberrantes y habría otras menores abusadas.
El 14 de julio de 2011, el periodista Victor Calvigioni y ante que interviniera la Justicia publicó la chica seguía compartiendo la casa con su padre y su amigo -el acusado- habría visitado la misma: «Los detalles del relato serían escabrosos. El hombre concurría a la casa donde vivía la nena y que estaba situada en un sector del barrio Belgrano. Con el correr de los meses fue tomando confianza. No se sabe a ciencia cierta el tiempo que la víctima vivió el infierno en la tierra.
Las visitas del violador a la casa de la víctima tenían en un principio un motivo, reunirse con el padre de la menor para platicar.
En este punto existen detalles que serían escabrosos. El padre de la menor y el hombre tendrían como factor de unión el posible consumo de bagullos de marihuana. En este marco se habría criado, la menor asiste a un establecimiento educacional.
En la investigación de esta causa se habla de plantas de marihuana sembradas en los fondos de la vivienda. En este sentido los pesquisas no habrían reunido ninguna prueba concreta, aunque habrían visitado el sitio.
La menor con algunos problemas de aprendizaje, habría comenzado a ser manoseada por el abusador sexual. En poco tiempo y ante la ausencia de los familiares en la morada la accedió carnalmente de todas las maneras posibles. La víctima tuvo como lógico escape contar el infierno que estaba viviendo a una mujer. El caso finalmente fue denunciado ante la Fiscalía Descentralizada que estaría investigando el abominable caso».
El profesor abusador
Una joven oriunda de la ciudad de Colon, publico una denuncia de abuso sexual contra un profesor de magisterio que hasta el año pasado dictaba clases en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica 125 que dicta sus cursos en la ENSNA.
Esta situación ha colocado nuevamente en la consideración de la opinión publica, varios hechos protagonizados por este profesor de apellido Rolon, que también es nativo de la localidad de Colon.
Desde el año 2013 han sido varias las alumnas que manifestaban a las autoridades del Instituto, las situaciones de acoso psicológico y físico que debían sufrir por parte de este individuo, sin que estas reaccionaran en esa oportunidad.
Según nos recuerdan sus ex-alumnas, un suceso que motivo a varias de ellas a hacer trascender estas irregularidades que soportaban a diario en sus clases, fue el maltrato al que sometió a una estudiante que estaba atravesando una grave enfermedad (cáncer) y que, mientras luchaba contra este flagelo, también anhelaba recibirse. En el transcurso de un examen le negó asistencia ante una descompostura, tras lo cual tuvo que ser internada, no reintegrándose ya al curso; falleciendo lamentablemente luego de un tiempo, sin poder concretar su gran deseo de graduarse.
Fue recién durante el año 2017 que se lo separo del cargo, luego de formarse un expediente que se impulsó desde una de las jefaturas de inspección ante el propio ministerio provincial.
Los antecedentes de Rolon, no solo se limitan al ámbito educativo, sino que registraría denuncias por violencia de género por parte de su última pareja, que sería una ex–alumna suya, a la que habría golpeado en al menos tres ocasiones, provocándole lesiones notorias.
Por último, podemos llenar un libro con los abusos sexuales ocurridos en nuestra ciudad, hasta existe en nuestros archivos, una madre que hacia trabajar a una nena de 12 años, ofreciendola en la esquina de 47 y 20 (pleno centro de la ciudad) a señores que pasaban con autos últimos modelos a buscarla. La sociedad debe estar en guardia contra estos siniestros personajes y pensar que existen todavía menores cautivos de estos sicópatas sexuales.