Con el título “Sí a la educación sexual”, las Comisiones Episcopales de Educación Católica y de Apostolado de los Laicos y Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Argentina, se refirieron en un comunicado al polémico tema sobre la Educación Sexual” en los colegios, que se encuentra hoy “sobre la mesa del diálogo político, social, cultural y educativo”.
El comunicado comienza recordando el reciente debate que “mostró que el aborto no constituye ninguna solución, sino que es un drama humano, personal y social”, destacaron la importancia de “comenzar por la educación sexual que integre todas las dimensiones de la persona”.
Dicha educación, advirtieron “no debe limitarse a ‘saber qué hay que hacer para que una joven no quede embarazada’, o a conocer el cuerpo de varones y mujeres como quien meramente conoce el funcionamiento de un dispositivo, sino que esa educación debe ser integral, vale decir, de toda la persona: su espiritualidad, sus valores, sus emociones, sus pensamientos, su contexto social, económico, familiar y obviamente su cuerpo y su salud. Debe ser una educación para el amor, que incluya la sexualidad pero que no se circunscriba solo a ella”.
Las diferentes Comisiones de la CEA que abordaron la problemática, consideraron que “una educación así es, además, un camino excelente para prevenir el aborto, la iniciación sexual precoz, las enfermedades de transmisión sexual, la violencia y el abuso sexual”.
“La escuela pública en general y la católica en particular, pueden apoyar la insustituible tarea y derecho que tienen los padres a la educación sexual de sus hijos e hijas, con elementos teóricos, científicos y pedagógicos, aprovechando el hecho de que los niños, niñas y adolescentes pasan mucho tiempo en las instituciones educativas. Sin embargo, es muy importante que los chicos y chicas reciban en la escuela un mensaje coherente, alineado, complementario, respecto de aquel que reciben en el hogar”, subrayaron.
En ese sentido, recordaron que “la educación sexual integral debe respetar la libertad religiosa de las instituciones, y la libertad de conciencia, derecho sagrado e inalienable que debe ser siempre custodiado” y sostuvieron que “la educación sexual, como toda verdadera educación, debe formar los corazones y las conciencias de nuestros jóvenes en orden a un crecimiento humano y cristiano pleno y armónico por eso reclamamos el derecho a educar a nuestros niños, niñas y jóvenes de acuerdo al propio ideario y convicciones éticas y religiosas, confiando en que un diálogo verdadero y democrático nos llevará a incrementar el encuentro y la amistad social”. (InfoGEI)