Arslanián desplazó 303 policías

Un total de 303 policías sumariados por delitos graves, a pesar de lo cual muchos de ellos seguían en actividad, fueron echados ayer de la fuerza bonaerense.

Así lo dispuso el ministro de Seguridad de la Provincia, León Arslanián, quien detalló que muchos de los despedidos estaban sumariados por delitos gravísimos como asesinatos, abusos sexuales y coimas, y anunció que ésta no será la única depuración que habrá en las filas policiales durante los próximos meses. Indicó que hay otros 1.200 policías "en la mira", sobre un universo de sumariados que llega a 25.000 de los 45.000 efectivos que tiene la fuerza.

De los 303 echados, sólo 187 estaban en disponibilidad mientras que el resto seguía cumpliendo tareas en comisarías bonaerenses.

La de ayer es la segunda gran depuración que lleva a cabo Arslanián en la Policía bonaerense. La primera tuvo lugar en 1998 durante su primera gestión cuando desplazó de la fuerza a 309 uniformados.

Al anunciar ayer las bajas, Arslanián puntualizó que esta medida se repetirá "todas las veces que sea necesario para depurar la institución de los malos policías".

Según se indicó, el 68% de los policías despedidos son suboficiales y el 32% pertenece a la jerarquía de oficiales.

El ministro también dijo que "los policías separados de la fuerza van a ser controlados para que no se conviertan en 'mano de obra desocupada' que pueda caer en el delito" y reiteró que "va a existir un control en ese sentido".

En la policía bonaerense el 60% del personal está sumariado por causas que van desde cuestiones menores, como perder un botón de la chaqueta, a asuntos más graves como denuncias por coimas, gatillo fácil, torturas y otros delitos como cobrar "protección" a comerciantes través de la asignación de custodias policiales sin autorización oficial.

En ese marco, se informó que 1.200 efectivos están en disponibilidad preventiva con sumarios iniciados por hechos "sumamente graves". La suerte de estos policías dependerá de una exhaustiva revisión de sus sumarios, en el marco de la reestructuración dispuesta en el área de Asuntos Internos. "No es bueno que policías investiguen a policías", ha señalado el ministro recientemente al presentar el Plan de Seguridad Ciudadana para la Provincia.

Arslanián reconoció que "por problemas vinculados a la falta de agilidad en este tipo de trámites, más los artilugios legales, hay situaciones escandalosas como la de un policía que condenado por un grave delito de narcocriminalidad, hace ocho años sigue manteniendo su condición policial y percibiendo salario. Hay casos de disponibilidades preventivas que datan del año 2001 o sumarios que tienen cuatro años de antigüedad".