Trabajar en la microregión para evitar contaminación química.

Falta un proyecto conjunto con comunas del sur de Santa Fe y Norte de Buenos Aires. La contaminación química es más peligrosa que la bacteriológica.

La masiva contaminación en la red de agua domiciliaria ocurrida a fines de marzo en la ciudad bonaerense de Rojas encendió la luz roja en usuarios y proveedores de este servicio de todo el país.

La alarma crecía mientras no se podía detectar el origen del problema La contaminación se produjo por una filtración de líquidos cloacales en un vetusto sistema de provisión que tampoco recibía mantenimiento adecuado y clorinación.

Al saberse que la causa radicó en negligencias del prestador -en ese caso el municipio- el panorama se aclaró. Pero la contaminación es una posibilidad que puede darse en cualquier sistema mientras no se hagan los controles con la rigurosidad necesaria.

Colón

En nuestra ciudad hasta setiembre de 2003 los pozos no estaban sellados. Los pedidos y hasta las discusiones de la Dirección de Bromatología y las notas de Colón Doce “obligaron” a sellar los pozos para evitar los problemas de contaminación.

En setiembre de 2003 el sistema de clorinación era deficiente (casi nulo) la lucha de los mismos funcionarios y la lucha periodísticas obligó a cambiar el sistema para evitar la contaminación. Se sabía que en el verano podía pasar una contaminación bacteriológica en nuestra ciudad.

En Colón hubo prevención y se evitó, no así en Rojas. Sin embargo en el 2003 la población del Mirador del Lago tuvo diarreas. El motivo fue la contaminación del tanque. El problema se arregló con una limpieza y buena clorinación.

Pero no estamos exentos de que nos pase en la ciudad un caso similar. La red de agua potable es anárquica. En muchos lugares existen puntos de agua sin retorno y se debe estar atentos. En pocas palabras, se debe seguir trabajando y mucho.

El peligro

Hay dos clases de contaminación: la bacteriológica u orgánica y la química. En un acuífero subterráneo, la primera puede ocurrir si se extrae cerca de un pozo ciego. La segunda deviene de filtraciones de químicos -herbicidas, pesticidas- a las napas, que a su vez pueden contener sales minerales nocivas como el arsénico o nitratos.

En Colón están muy altos los nitratos (agua dura) y en varios puntos del partido existe agua que ya no esta dentro del límite del Código Alimentario con respecto al arsénico. Lo cierto es que se debe trabajar en un plan integral para evitar una mayor contaminación química (Nitratos y arsénico). El trabajo es posible a mediano y largo plazo.

Garantizar la calidad en el aspecto bacteriológico depende del clorado, pero los minerales nocivos son más difíciles de combatir por requerirse tecnología más costosa. El éxito depende de factores que van desde la calidad de los pozos de provisión de cada lugar hasta la capacidad económica o la voluntad política de las comunidades.

En la actualidad se controla semanalmente la cloración del agua y se realizan los controles de análisis periódicamente. La situación está controlada pero hasta ahora en las todas las Secretarias de Medio Ambiente de la región no se observó un trabajo conjunto para evitar más la contaminación química de las napas por herbicidas y pesticidas.

La falta o la carencia de políticas en la microregión nos pone de cara a un negro futuro y donde en el mediano plazo tendremos grandes problemas en la salud de la población, no solo con la parte bacteriológica del agua, si con la composición química.

Platos rotos

El viernes pasado (a pesar de la advertencia de Colón Doce en la edición de la misma jornada) la población de Colón estuvo doce horas sin agua.

Según nuestra información el problema se inicio en la bomba Nº 2 que se quemó. La grúa de la Cooperativa Eléctrica habría sido solicitada a las 7 de la mañana, pero inexplicablemente llegó a las 15.30.

Cabe destacar que los empleados de Obras Sanitarias apenas tuvieron los elementos necesarios (grúa) solucionaron rápidamente el problema.