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06/05/2004 |
Relaciones peligrosas Los puntos de contacto en las muertes de Espíndola y Matcovick Las coincidencias en las muertes de Patricio Matcovick y Enrique Espíndola. En ambos asesinatos fueron víctimas de la inseguridad rural. |
La hipótesis que se debería trabajar es si en nuestra ciudad no existe un grupo de personas dedicados a asolar las quintas y estancias de la zona. Se conocen entre si y se “buscan” cuando deben realizar un trabajo. Las causas judiciales por robo o hurto en la zona rural siempre aparecen involucradas las mismas personas. Las muertes Patricio Matkovic fue asesinado el 31 de diciembre de 2000 en la estancia “El Porvenir” propiedad de la familia Baños. Las sospechas indican que varios delincuentes ingresaron con fines de robo (buscaban dinero) y se encontraron imprevistamente con la víctima. Hubo un forcejeo y el viejo pistolón se disparó impactando en el cuerpo del “improvisado” cuidador. Matkovic falleció desangrado tratando de alcanzar la bomba de agua. No existen dudas que el muchacho fue la primer víctima colonense de la inseguridad rural y de grupos de delincuentes que recorren los predios rurales y viven de la rapiña a las viviendas y el cuatrerismo. Los testigos de identidad reservada que habrían declarado en la causa dijeron que Sergio Montiel los habría ido a ver “para realizar un trabajito”. En el testimonio el “trabajito” habría sido ingresar a la estancia donde se desarrolló la tragedia para robar el dinero de los caseros. Según dijeron habría un dato en firme “En la casa había dinero, porque se iban a ir de vacaciones”. Las declaraciones de ambos testigos concordaron en el mismo puntos. “Hacer un trabajito” y que “había una buena suma de dinero”. Las relaciones Uno de las cuestiones fundamentales que se deberán aclarar, es el viaje realizado por uno de los sospechados de haber estado en el grupo homicida de la estancia El Porvenir y que huyó luego del homicidio a una ciudad ubicada en la costa del río Paraná (San Pedro). Una fuente que investigó el homicidio reveló que podría haber testigos que vieron el auto en un camino de tierra dirigiéndose a Colón. Al llegar a nuestra ciudad el individuo fue a su vivienda tomó un bolso y desapareció varios días de los lugares que solía frecuentar. El sospechoso tiene un prontuario muy profuso. Como se recordará la muerte de Patricio Matcovic fue caratulada como accidente. Una investigación de Colón Doce sobre las pericias determinó que el comisario Roberto Silva tomará el caso y se llegara a parte de la verdad. Los asesinos llegaron con fines de robo. Una fuente que podría ser cercana al campo, avisó que los caseros viajarían de vacaciones a Córdoba y podría haber dinero. Al ingresar a la vivienda se encontraron con Patricio Matkovic que llegó para cuidar el predio en ausencia del matrimonio. Los ladrones se habrían apoderado del viejo pistolón, se habría producido una discusión y un forcejeo. Lo fundamental es que por debajo del agujero causado por el pistolón existe otra herida circular con faltante de piel (primer golpe con el caño del arma de fuego). La mano de la víctima estaba cerrada como si hubiera estado agarrando el caño del arma. Además la mano derecha (con la que tomó el caño) fue positiva a la cinta del dermotest. Esto quiere decir que hubo rastros de sustancias oxidantes (pólvora). Patricio Matkovic no fumaba lo que podría haber confundido esta pericia. El disparo homicida se produjo a no más de 30 centímetros de distancia. En el lugar del impacto no se encontró el famoso halo de fish o restos de conflagración que son característicos en otro tipo de muertes (suicidios etc) El ángulo de disparo descarta por completo el suicidio. El ángulo de disparo periciado es imposible de producir en un suicidio o en un accidente. Los ladrones convertidos en homicidas huyeron. Uno de ellos habría viajado a una ciudad costera del Paraná. El segundo crimen Enrique Espíndola alias «King Kong» ocurrió el domingo 7 de diciembre de 2003, y sigue siendo un misterio insondable para los investigadores del caso. El asesino apuntó fríamente a la cabeza. La clave del asesinato parece estar en las últimas horas de la víctima y el recorrido que terminó en la puerta de su casa con más de treinta perdigones en su cabeza. Según trascendió, Espíndola el sábado 6 de diciembre, habría estado en un bar de calle 53 y 20. En el salón y copa de vino de por medio habría discutido con tres personas. La pregunta es ¿La discusión que tuvo Espíndola fue con el mismo individuo que estuvo sospechado de estar en el interior de la Estancia “El Porvenir” en el momento que mataron a Matcovick?. La pelea habría sido de tono subido. El motivo se ignora, aunque los rumores indican que la clave de la muerte de Espíndola estaría encerrada en las palabras altisonantes y las personas que participaron. Los rumores indican que la pequeña reyerta se habría dado debido a que Espíndola (un hombre que era considerado un pesado para pelear), habría protegido a un quintero, haciéndole devolver varios lechones que le habían hurtado las personas a las que discutió. (Inseguridad rural) Los autores del hecho le habrían recriminado fuertemente esta actitud en el bar y este habría sido el motivo del cruce de palabras amenazas de por medio. King Kong a las 20.30 salió del bar de 53 y 20 y se habría dirigido a su casa ubicada en 21 y 60. En pocos minutos se baño y se cambió de ropa. El motivo era llegar temprano al festejo de un bautismo que se iba a realizar en la vivienda de Lázaro Roldán. Las versiones indican que luego de ir al bautismo y pasar por la casa de un amigo a escuchar música, la última persona que lo vio con vida fue una prostituta que se la conocía por varios nombres y que luego del crimen se fue de Colón recortándose y tiñiéndose el pelo más claro. En Colón es el tercer crimen impune en pocos años. Recordar las muertes de Patricio Matcovick, Enrique Espíndola y Juan Portales, muerto de un disparo en la cabeza en una casa del barrio Belgrano. |