El 1º de mayo de 2004

Se conmemora el sábado un nuevo aniversario de la muerte de los obreros en Chicago, asesinados el 1º de mayo de 1886.

Por la licenciada
Cynthia Calvigioni

Estos mártires nunca renegaron de sus convicciones y pelearon hasta dejar su vida por condiciones de trabajo más favorables. Una de sus principales metas era que ningún obrero debía trabajar más de 8 horas. A raíz de este suceso se declara a este día como fecha de emancipación de todos los trabajadores del mundo.

Han pasado más de un siglo de aquellos acontecimientos. En la Argentina se registraron retrocesos y avances en el campo laboral en dicho período. Pero remitiéndonos a lo inmediato, el Ministro de Trabajo Carlos Tomada anunció con beneplácito que el nivel de empleo formal tuvo un crecimiento acumulado del 6,7 % en el último año, según una encuesta realizada por Indicadores Laborales en el Gran Buenos Aires, Gran Rosario, Córdoba y Mendoza

Todo parece ir viento en popa. El romance de la sociedad con el presidente Kichsner se ve acrecentado por una coyuntura de crecimiento económico. Hay un repunte en las actividades industriales, mayor estabilidad en los puestos de trabajo, más demanda de técnicos y profesionales y un crecimiento de trabajadores de baja calificación. También hubo un incremento en el Producto Bruto Interno y se produjo una suba en los salarios.

Pero no debemos tapar con un dedo el sol. No podemos perder nuestra capacidad de análisis y crítica, ni dejarnos marear por la brisa de prosperidad económica que puede cesar pronto.

No todos son buenas noticias. De acuerdo con encuestas del INDEC siete de cada diez empleadores no planean contratar mano de obra en los próximos meses y prevén cubrir las necesidades laborales que surjan en un futuro cercano con un aumento de las horas trabajadas.

Por otro lado se debe tener en cuenta que la encuesta realizada para evaluar el crecimiento laboral no abarcó a las zonas más castigadas del país en lo referente a desocupación, analfabetismo,
Marginalidad. No debemos olvidar la importante cantidad de planes sociales otorgados por el gobierno a miles de ciudadanos.

Debemos analizar que la creciente ola de inseguridad tiene bases políticas, sociales, económicas y culturales. En un país con posibilidades REALES para todos no existirían los altos índices de porcentaje de víctimas de secuestros y robos a mano armada. La ola de violencia tiene causas arraigadas para los cuales se deben buscar otro tipo de soluciones, no sólo el endurecimiento de las penas.

Debemos no obnubilarnos y creer que todo marcha sobre ruedas. No existen los milagros ni las recetas mágicas. Debemos trabajar arduamente para idear una política en conjunto que tenga proyección a largo plazo y no sea solo coyuntural.

Fielden, uno de los trabajadores mártires de aquel histórico 1º de mayo, expresó así sus convicciones: “Yo creo que llegará un tiempo en que, sobre las ruinas de la corrupción, se levantará la venturosa mañana del mundo emancipada libre de todas las maldades, de todos los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones”. Lamentablemente ese día no ha llegado aún.

Sin embargo en Argentina se cerró un ciclo y comienza una nueva etapa. Depende de nuestro compromiso como ciudadanos y trabajadores que lo expresado allá por 1886 no sea solo una ferviente utopía sino una realidad alcanzada.