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22/04/2004
Otra confirmación

Preocupación por agua de la región


Los médicos y técnicos de Salto confirmaron las denuncias que viene realizando Colón Doce desde hace tres años. El nitrato en el agua potable y su vínculo con los fertilizantes. El arsénico y su relación con el cáncer. Las notas realizadas por nuestro Semanario se pueden ver en Colón Doce Digital.


Los interesados deberán escribir cualquiera de estas palabras: “arsénico”, “nitrato”, “agua potable” o “ cloro” en la ventana de búsqueda que tiene el diario y podrá acceder a las notas de archivos y la fecha en que fueron editadas.


Los vecinos de la localidad de Salto atraviesan, por estas horas, momentos de incertidumbre y temor por correr la misma suerte que sus pares de Rojas, cuando días atrás 1500 personas (extraoficialmente se habla de 5 mil) debieron ser hospitalizadas por el consumo de agua contaminada. Como la bacteria que atacó a cientos de habitantes de Rojas y que se desparramó a través de la red de agua potable, Salto, que se encuentra a 40 kilómetros de dicha ciudad, parece correr la misma suerte.


Conforme a lo dicho por el ingeniero local Andrés Villanueva, «el nivel de arsénico en el agua de Salto está al límite de lo permitido por la legislación argentina, a medida que nos acercamos al Río Paraná observamos una disminución en el nivel de arsénico», siendo esta zona más susceptible a este tipo de contaminación, lo cual es preocupante.


El mismo puede, entre otras cosas, disminuir la calidad de vida y causar enfermedades como cáncer de colon. Cabe considerar con relación a esto que la presencia de arsénico permitida en el agua utilizada para consumo humano debe ser de 0,01 mg/l, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de 0,05 mg/l según el Código Alimentario Argentino. El nivel de arsénico en Salto es alto, según lo considerado por la OMS.


Según un informe realizado por el periódico SOBRESALTO, donde Mauricio Hayden, Marcelo Martínez y Nestor Mendoza Noli investigaron a fondo el tema, se destacó que los fertilizantes utilizados en los campos se filtran de algún modo en las napas, y los límites de contaminación en el agua saltense tienden a ser subir cada vez más.


Cabe destacar el cuidado que se le debe tener a los niveles de nitratos en el agua, según Villanueva «los nitratos pueden provocar efectos negativos en los bebés». Los especialistas en el tema explican que los nitratos se reducen a nitritos y éste por su condición química hace que peligre la salud de los bebes.


El nitrito se combina con la hemoglobina (encargada del transporte del oxígeno en la sangre) para formar la meta hemoglobina, que es incapaz de transformar oxígeno y reduce la captación del mismo en los pulmones.


Por último, el RAS (Relación de Absorción de Sodio) no es de lo más apropiado ya que está excedido en sodio, un peligroso contaminante para personas con problemas de hipertensión, corazón débil y deficiencia en riñones.


Según Villanueva, el Río Salto arrastra muchas sales porque recorre zonas bajas y eso hace que contamine los pozos más cercanos. Esas sales son elementos metálicos como el sodio que es el que más gravita para el riego, el agua y la salud del hombre; el sodio aumenta la conductividad y el valor RAS también».


El recurso hídrico de Salto actualmente sufre un principio de contaminación y un alto nivel de escasez de agua corriente, lo cual es responsabilidad tanto municipal como provincial, según lo establece el código del Poder Ejecutivo Provincial.


El agua llegó a esta precariedad por responsabilidad de las antiguas gestiones y actualmente es un tema tan prioritario que debe ser uno de los problemas centrales de la agenda de la nueva administración.


En este sentido, la nueva dirigencia también tendrá que enfrentar esta circunstancia, teniendo en cuenta que los riegos se utilizan sin ningún tipo de control, y que los fertilizantes usados, las cloacas y el basural de Salto, tampoco controlados están incidiendo directamente en la potabilidad del agua de la región.


Cabe además la responsabilidad del Estado provincial que tendría que generar un control más intensivo, exclusivamente en zonas rurales (riegos, usos de fertilizantes y plaguicidas), ya que para un municipio es una tarea que se le escapa de las posibilidades físicas y económicas.


La antigua administración no tuvo un mínimo control sobre este tema y la precariedad convive con los vecinos saltenses. Solo queda esperar que la nueva gestión intente terminar con estos problemas que afectan en gran medida a la población de Salto.


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