Volar como las águilas o dormir en el serpentario

En lo últimos días se llevaron adelante importantes encuentros políticos. Más allá de los participantes, lugares y temas tratados, nos queda la sensación periodística que existen tiempos que inexorablemente se acortan.

El gobierno de nuestra ciudad tiene la oportunidad histórica de volar como las águilas dejando para la posteridad las “grandes obras” de infraestructura que se necesitan o se “pone a descansar” en el serpentario donde se pasean “entreverados” los que participaron en el mayor de los “fracasos” políticos de los últimos años.

A esta altura de los acontecimientos se deben proyectar las grandes obras como en su oportunidad fueron el gas domiciliario, el telediscado directo, las unidades sanitarias, la calle 42, la calle 9, la Ruta 50, el Lago Municipal, el Zoológico y tantas otras, o se termina dejando como obra pública una colectara para tirar excrementos humanos en la cuneta de Ruta 8 frente al Lago Municipal.

Las posibilidades futuras pueden ser dos: La primera: el cortoplacismo que implica el enredo político, el verso, la mentira o la segunda donde se proyecta la visión de un estadista que vuela como las águilas mostrando el camino a miles de convecinos.

El pasado cercano es muy fuerte y debe enseñarnos las diferencias entre el “palabrerío” hueco, los pactos y el fracaso. El futuro es hoy. Las grandes definiciones pueden abrir las “puertas del purgatorio” o ganar el gran reconocimiento del ciudadano común.