Que la portación de armas sea un delito

En la argentina se evitarían muchos delitos si la portación de arma en forma ilegal se transformara en un delito no excarcelable

Los expertos en la materia apuntan hacia las armas pequeñas como las más peligrosas. La razón de esta aseveración es, precisamente, porque esa clase de armas son de fácil adquisición –tanto en forma legal o ilegal–.

Además, son fáciles de esconder, de usar y, al mismo tiempo, difíciles de controlar por parte de las autoridades. Adolescentes y jóvenes son los que corren el mayor riesgo. Los hombres aparecen como más vulnerables que las mujeres.

Por otro lado, y en la misma senda cientos de organizaciones de todo el mundo se han estado preparando para iniciar una campaña conjunta a nivel mundial, formándose una red de ONGs, individuos y organizaciones coordinadas internacionalmente contra la acción de las armas ligeras y de su proliferación. Bajo esas banderas se encolumnan Amnistía Internacional, Greenpeace, Intermón y Médicos Sin Fronteras.

Estas instituciones de envergadura internacional han decidido juntar sus fuerzas y sus recursos para difundir esta campaña en países como España, con la colaboración y participación de otras organizaciones de derechos humanos, de cooperación y solidaridad, y el apoyo técnico de la Cátedra Unesco sobre paz y derechos humanos.

En ese marco, las organizaciones que impulsan esta campaña insisten, sobre todo, por “el efecto negativo que la proliferación y descontrol de las armas ligeras tienen sobre los derechos humanos de las poblaciones afectadas y la hipoteca que representa sobre sus posibilidades de desarrollo y el impacto destructivo que genera en las crisis humanitarias”.

No es casual la preocupación del gobierno por revelar los procedimientos que se realizan en relación con el secuestro de armas que se encuentran dentro del circuito ilegal.

Una posición teórica de una red de organizaciones no gubernamentales (ONG’s) que se viene imponiendo desde hace décadas hace una especial interpretación sobre el tema, ya que considera que un “desarme ciudadano” contribuiría a bajar los niveles de violencia y criminalidad.

En ese sentido, se considera que una adecuada reducción desde el Estado generaría una disminución de homicidios, por citar una de las variantes delictivas más extremas.

Organizaciones no gubernamentales como Desarme.org estiman que más de 500 millones de armas pequeñas están en circulación por el mundo, incluyendo revólveres, rifles, rifles automáticos, granadas, subametralladoras y pistolas.