La ley “cajoneada” en el legislativo

Casi 180 empresas de la Provincia de Buenos Aires se registraron como poseedoras de transformadores con PCB (bifenilos policlorados). Son las firmas que se inscribieron en el registro provincial de poseedores de esa sustancia formada por la mezcla de químicos orgánicos sintéticos.

El dato está directamente relacionado con una polémica que parece interminable y parte de la siguiente pregunta: ¿Son causantes de cáncer los transformadores de electricidad que se refrigeran con PCB y están instalados en cualquier esquina de nuestro país?.

Nadie puede brindar una respuesta absoluta: los vecinos asociados en ONG´s y comisiones formadas a partir de la proliferación de casos de cáncer de piel e hígado, aseguran que sí. Las empresas distribuidoras de electricidad de la Provincia muestran bibliografía que indica que el PCB es menos cancerígeno que por lo menos 88 productos de consumo humano diario, comenzando por el cigarrillo.

La polémica se enciende, los vecinos arremeten: «el pésimo mantenimiento que hacen las empresas eléctricas de los transformadores hacen que éstos exploten, se incendien, se derramen y nadie haga nada al respecto», dice Olga Cerletti, una docente fundadora de la Comisión Asesora en Defensa del Usuario y Consumidor (Caduc) que se formó después que la amenaza del PCB tomase estado público cuando Mabel Bastía, del partido de Pilar reparó en el detalle -no menor- de que su hijo había muerto del mismo tipo de cáncer que proliferaba en el barrio cuyo epicentro era un transformador de energía eléctrica que estaba refrigerado con PCB y aceite mineral.

O.M.S

Según la Organización Mundial de la Salud el PCB está calificado como probable cancerígeno, esto indica que no está comprobado que produzca cáncer. Voceros de la Asociación de Distribuidores Eléctricos de la República Argentina (ADDERA) subrayan y se detienen en el término «probable» y agregan, «es probable que el PCB produzca cáncer, pero está comprobado que el cigarillo si produce cáncer».

El mismo informe elaborado por ADDERA sostiene que «los estudios realizados a trabajadores con alta exposición al PCB (trabajadores que fabrican o reparan transformadores) no han evidenciado efectos significativos en su salud en el largo plazo. La afección más significativa que se ha registrado en algunos casos es un tipo severo de acné conocido como cloroacné, la que desaparece al interrumpir la exposición».

Olga escucha con paciencia y replica: «Es cierto que en condiciones óptimas de mantenimiento, el PCB no sería tan grave, sin embargo el nulo cuidado por parte de las empresas eléctricas permite el incendio, la explosión y el derrame del PCB a diario». Cerletti asegura que «la combinación del PCB con el aceite mineral donde está diluido dentro del transformador forma nubes tóxicas que despiden furanos y dioxinas, y así se comprueba que produce cáncer».

Cuarenta

En la Legislatura bonaerense existen más de 40 proyectos que intentan dar cuenta de la polémica del PCB que enfrenta a vecinos con empresas. El ministerio de Salud de la Provincia no tiene -que se conozca- un estudio que pueda cotejar con cierto rigor científico la ubicación geográfica de la casuística del cáncer y la ubicación de los transformadores.

Cómo casi todo, esta polémica también está cruzada por el dinero. En la provincia de Buenos Aires hay una ley que tiene media sanción de la Cámara de Senadores que estipula la erradicación absoluta de todos los transformadores con PCB que hay colocados actualmente. Esa norma fue aprobada en el mes de junio del año pasado, y desde allí a la fecha los diputados no han tratado el proyecto.

Sí está en vigencia una resolución de la Secretaría de Medio Ambiente de la Provincia que determina que todos los equipos que contengan PCB con una concentración igual o mayor a 2 partes por millón deberán exhibir una etiqueta de advertencia con un teléfono al cual recurrir si un vecino observa que está en mal estado de conservación. Sin embargo sólo EDEA, la distribuidora de energía de la costa atlántica, está cumpliendo con ese cometido, según admitieron desde la propia ADDERA.

La Legislación nacional estableció el 2010 como la fecha límite para erradicar todos los aparatos que contengan esa sustancia en un proporción mayor a cinco 50 partes por millón respecto del aceite que lo contenga. En la Provincia se pretende que la concentración PCB llegue a dos partes por millón.

«Eso difiere totalmente de los límites internacionalmente aceptados, desconociéndose su sustento técnico científico a nivel internacional, debido a que los métodos de determinación de PCBs en fluidos no lo pueden alcanzar con certeza lo que implica un alto grado de error de los resultados de laboratorio y es de imposible cumplimiento con las tecnologías de análisis y descontaminación actuales», dice el informe de ADDERA.

Las empresas aseguran que los transformadores que están funcionando están todos por debajo de esa proporción. Sin embargo, sólo en La Plata un informe del Ente de Regulación Energético determinó que la mayoría de los transformadores con PCB que tiene Edelap en la capital bonaerense mantenían más de 50 partes por millón.

Un transformador que esté en el subsuelo del ministerio de Obras Públicas de la Provincia, donde funciona una Jardín de Infantes y una escuela para hijos de empleados públicos, tenía una concentración de PCB de 300 partes por millón.