Serias derivaciones en una pelea barrial

Una pelea entre vecinos está originando una sería derivación con denuncias cruzadas, denuncia por malos tratos contra la policía y pedido de reunión con el Jefe Comunal.

La situación es explosiva y las derivaciones pueden ser imprevisibles.

Las dos familias viven detrás de las vías en cercanías de 46 y 130. Según ya publicamos en la edición anterior una disputa por temas menores, las llevó a ocasionar una gresca de proporciones que terminó con una persona herida en la cabeza y una mujer embarazada que debió ser llevada al Hospital Municipal.

El viernes la policía habría realizado un procedimiento y hubo seis detenidos entre ellos dos menores entre los que supuestamente son el grupo agresor.

Marcelo Alustiza (familiar de los detenidos) habría presentado una denuncia judicial en contra de efectivos que llevaron adelante el operativo en el que detuvieron al supuestamente grupo agresor.

El motivo esgrimido por Alustiza fue que supuestamente, personal que participó en el procedimiento habría golpeado a una mujer y a los menores. Por otro lado, la supuesta víctima del accionar de los jóvenes habría realizado tres denuncias anteriores contra sus vecinos detenidos (fueron liberados el viernes)

Los supuestos agresores indican que se habrían enterado de las denuncias luego de la descomunal gresca y se declaran inocentes de culpa y cargo.

El caso es muy intrincado y debería solucionarse a través de tribunales dedicados a este tipo de conflictos y con una mediación (municipal o de organismo provincial) eficaz.

El sentido común, nos indica que ante la primer denuncia de la supuesta víctima, las autoridades judiciales debieron tener los mecanismos y la estructura necesaria para no llegar a una segunda denuncia, a una tercera, a la gresca, al procedimiento policial, a los supuestos golpes, a la destrucción parcial de una vivienda, a la atención hospitalaria, a recibir más denuncias por amenazas....etc, etc, etc.

El fenomenal enredo causado y al que ninguna autoridad puede dar solución, deja al sistema un costo económico muy alto ( sin contar los psíquicos y los físicos). En este sentido tomemos nota. A raíz de este problema debieron trabajar, enfermeras, médicos, policías, instructoras judiciales, fiscales, abogados y seguramente un Juez de Garantías. El lector debería sacar cuentas, a saber:

gastos en papelería, pérdida de horas hombres, viajes, consultas telefónicas, medicamentos, nafta y lo que es más valioso la pérdida de tiempo de los miembros de la justicia que debería haberse dedicado a resolver casos más graves.

El problema entre estos dos grupos familiares debió haber sido solucionado en la primer denuncia. La ineficacia del sistema ahora puede llegar a costar algo más grave, como tal vez una vida humana.