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05/03/2004 |
Volver al futuro La agriculturización salvaje Por Victor Calvigioni * La soja invade cada hectárea “usable”. El aumento del cultivo olegianoso va en detrimento de la ganadería, el maíz y trigo. El partido de Colón tiene 100 mil hectáreas. En el presente son utilizadas 60 mil para cultivar soja de primera y segunda y 15 mil en el tradicional maíz. |
En tanto que la parte pecuaria alcanza a 36 mil vacunos, 2 mil porcinos y la casi inexistencia del ovino (sólo quedan unos cientos de cabezas). En los últimos años la situación no ha cambiado. La tendencia se acentúa a causa de nuevas variedades resistentes de soja y la amplia difusión de siembra directa. La problemática está en parte despersonalizada. Los campos de la zona se llegan a alquilar a 16 quintales de soja la hectárea. En este sentido, muchos pequeños productores por diversas razones ponen en manos de terceros sus campos altamente productivos. Los mismos son “usados” al mejor estilo del capitalismo salvaje de los años noventa, sin pensar en las próximas generaciones de argentinos. En el “cortoplacismo” gracias al “oro verde”, el sector agrícola puede competir en el gran mercado de la “aldea globalizada”. Los resultados son óptimos, grandes saldos exportables y una inmejorable situación económica. La pregunta es ¿ El actual modelo agropecuario es sustentable?. El alerta es inevitable. Si el sector agropecuario no “equilibra” sus objetivos económicos a corto plazo, con la sustentabilidad productiva (diversificación y correcto manejo) a largo plazo, los argentinos estaremos muy pronto en vísperas de un nuevo y rotundo fracaso. La siembra directa es un arma poderosa que se utiliza, solamente bajo el aspecto del “bajo costo” , y dejando de lado la rotación de cultivos como una herramienta valida para no esquilmar los nutrientes del suelo. La falta de diversificación productiva de las empresas agropecuarias, las esta dejando casi sin cobertura climática, y agregando a esta problemática, la paulatina liquidación del stock ganadero en campos productivos, lo cual deja sin “ahorro” o “préstamos a mano” a los hombres de campo, ante cualquier eventualidad. El riesgo productivo del “nuevo “ modelo agropecuario argentino es alto y la bisagra de la desesperanza puede comenzar a fines del 2004, cuando un mercado mundial en baja, tomé a los desprevenidos productores en plena campaña sojera. La segunda preocupación son los riesgos ambientales que se corren por el desmanejo de muchos campos. En nuestro partido se ha visto que los viejos caminos rurales * Técnico Superior en Administración de Empresas, Agrónomo Nacional y Técnico Tipificador y Clasificador de Ganado y Carnes. |