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06/02/2004
Liberaron a la esposa

Del jefe de AFIP Pergamino


El hecho sucedió el lunes a la madrugada. Estaba maniatada a una cama. La mujer que la cuidaba estaba separada y tenía cinco hijos.


La entrerriana Cristina Taborda, esposa del director de la delegación de la AFIP de la ciudad de Pergamino, quien había sido secuestrada hace poco más de dos semanas, fue liberada por la Policía Federal en la localidad bonaerense de José C. Paz.


De acuerdo con lo señalado por los funcionarios policiales , tras el procedimiento en el cual se logró la liberación de la mujer -oriunda de Federación- quedaron diez personas detenidas, acusadas de haber participado en el secuestro. En tanto, se informó que la mujer estuvo durante su cautiverio vendada y atada de pies y manos a una cama, «vigilada durante las 24 horas del día» y en el interior de una casa «muy humilde», de madera y chapa.

En el operativo que terminó con la liberación de Taborda participaron efectivos de la División Investigación de Secuestros Extorsivos de la Policía Federal, al mando del subcomisario Juan José Schettino.

El subcomisario Schettino, en declaraciones periodísticas formuladas , señaló también que los familiares de Taborda habían llegado a pagar un rescate el sábado pasado, pese a lo cual los delincuentes que la habían secuestrado no la habían dejado en libertad en aquel momento ni habían vuelto a comunicarse con ellos.

La mujer, de 43 años y profesora de biología, había sido secuestrada en la localidad de San Pedro, en plena ruta, mientras regresaba a su hogar después de pasar unos días de vacaciones en la provincia de Entre Ríos, junto a su marido y sus hijos adolescentes. El episodio se había registrado el domingo 18 de enero pasado por la tarde, cuando la familia se encontraba viajando por la ruta 191.

El esposo de Taborda, Eduardo Cruellas, se desempeña como titular de la delegación de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de la ciudad de Pergamino, en el norte de la provincia de Buenos Aires y tiene familiares directos en nuestra ciudad. Taborda, en el momento del rapto, regresaba de pasar unos días en la casa de sus padres, en la localidad entrerriana de Federación.

Cuando se produjo el secuestro, estaba junto a su marido y sus dos hijos de 14 y 16 años de edad. El rapto se había producido entre las ciudades de San Pedro y Arrecifes, cuando un Chrysler Stratus, con tres hombres armados y chalecos anti-balas, se ubicó a la par del auto de Cruellas y Taborda y los obligó a detenerse. Luego, el matrimonio fue introducido en el baúl del Chrysler, mientras que uno de los delincuentes subió al Mitsubishi de los
Cruellas, donde estaban los chicos.


Los adolescentes fueron liberados horas después a la altura de la localidad bonaerense de Garín, al igual que el esposo de Taborda, mientras que la mujer permaneció cautiva hasta que finalmente fue dejada en libertad por la Policía.


Según señaló el subcomisario Schettino, los familiares de la mujer pagaron el rescate exigido por los delincuentes, el fin de semana pasado, en «cercanías de la localidad de Benavídez», en el norte del Gran Buenos Aires. Pese a ello, desde ese momento -y durante todo el fin de semana- no hubo novedades sobre el paradero de la mujer ni tampoco hubo nuevos contactos con los delincuentes. «En ese momento, se entró en un agujero negro y ante la falta de información de la cautiva, pese a haberse pagado el rescate, se pudo llegar a hacer un procedimiento en el cual se logró la liberación», indicó el jefe policial.


El subcomisario explicó que en el marco de las investigaciones que se venían desarrollando, se llegó a proceder a un allanamiento en la vivienda de José C. Paz donde estaba cautiva la mujer desde que se había concretado el rapto. La vivienda donde Taborda estuvo secuestrada está ubicada en la calle 18 de octubre al 3300, y el procedimiento realizado allí fue ordenado por el fiscal federal Jorge Sica, según se indicó. «Después del secuestro, había sido llevada hasta este lugar de cautiverio donde ha permanecido durante toda su odisea», agregó el jefe policial al referirse a esa vivienda.

El jefe policial sostuvo también que Taborda fue hallada «en el estado propio de una persona que ha permanecido dos semanas cautiva». Indicó que «estaba atada de pies y manos a una cama, con su rostro totalmente cubierto, y vigilada por un par de personas las 24 horas del día», añadió Schettino al ser consultado sobre las condiciones de cautiverio de la mujer. Agregó que la casa donde Taborda permaneció secuestrada, es «extremadamente humilde a la vista, construida con maderas, cartones y chapas».


La SIDE


La liberación de Cristina Raquel Taborda fue el producto de una exhaustiva tarea investigativa que tuvo como eje la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side), que incluyó la detención de auténticos «peces gordos» de bandas de secuestradores que operan en el país.


Así lo aseguraron altas fuentes del Gobierno Nacional, que consignaron que el desenlace del secuestro «abrió nuevos caminos» tendientes a desbaratar organizaciones delictivas de este tipo.
De acuerdo con esas fuentes, la liberación de la docente que vive con su familia estuvo a cargo de la Policía Federal, pero el «peso» de las investigaciones y las tareas de inteligencia y contra-inteligencia estuvieron a cargo de la Side.


Entre las detenciones que resultaron como producto de esta tarea se destacan las de «Coco» Carranza, un ex integrante de la banda del renombrado Luis «Gordo» Valor, y la de Sergio Leiva, más conocido como «El Negro Sombra».


El regreso de las grandes bandas


El objetivo de los delincuentes sería el interior bonaerense


Una mujer secuestrada en Pergamino un joven en Arrecifes hace replantear el concepto de seguridad en las ciudades del interior bonaerense. El anuncio en noviembre de 2003.


Colón Doce anunció la posibilidad de este tipo de hechos en ciudades de nuestra región en noviembre de 2003. En ese momento señalamos que había sospechas en algunos organismo de seguridad que el ilícito se desarrollará en la ciudad de San Pedro. Por esos días las grandes bandas habían asaltado un banco en Salto, un camión de caudales en la Ruta 8 –entre otras cosas- En el mismo sentido, según el diario Pagina 12, vuelven a actuar las grandes bandas de secuestradores.

Con respecto a Cristina Tabor-da señaló que en la ruta 191, un grupo comando, con chalecos antibalas, uniformes poli-ciales y armas largas esperaban algún vehículo que viniera de Punta del Este. En el operativo se llevaron a la esposa del titular de la AFIP de Pergamino, banda transportó a toda su familia a lo largo de casi 200 kilómetros, lo que demuestra que tenían una o más credenciales policiales para exhibir ante cualquier control. Hubo otros dos casos similares en Arrecifes y Campana.

El atraco al blindado y el robo-secuestro en la ruta 191 marcan el regreso de las grandes bandas del Gran Buenos Aires y existen síntomas de que tienden a actuar cada vez más en el interior bonaerense –hay varios casos de secuestros– aprovechando el buen momento del campo y el menor control en esas zonas.


En San Nicolás, donde se realiza la investigación del secuestro de Cristina Taborda, la esposa del titular de la AFIP de Pergamino, insisten en algunas características notorias del caso:


- La banda se instaló en la ruta 191 que transitan personas que vienen de Entre Ríos, pero especialmente turistas que se trasladan en automóvil hacia y desde Punta del Este. El objetivo es detener alguna familia que, por el auto, exhiba algún poder adquisitivo. En el caso de Taborda, se trató de un Mitsubishi Lancer, que igualmente está lejos de ser un auto de los más caros.


- El grupo que secuestró a Taborda estaba integrado por al menos seis personas, en tres automóviles. Exhibían armas largas, estaban vestidos de policías y tenían chalecos antibala.


- La banda es del Gran Buenos Aires, porque hacia allí se dirigieron reteniendo a los demás integrantes de la familia de Eduardo Cruellas, el marido de Taborda. A los hijos y a Cruellas los dejaron en Tortugas y Garín.


- Los investigadores judiciales están seguros de que hay hombres de fuerzas de seguridad en la banda: “Nadie se traslada casi 200 kilómetros por rutas y autopistas sin tener garantías de impunidad. Y la garantía es una chapa de policía”, aseguraron.


- No se trata del único caso: hace varios días fue secuestrado el hijo de un productor agropecuario de Arrecifes y también las negociaciones por la liberación se llevaron adelante desde el Gran Buenos Aires.

- El jueves pasado se produjo otro hecho de similares características: hombres vestidos de policías interceptaron una camioneta Rodeo y mantuvieron cautivos a tres empleados de la empresa dueña del vehículo. Lo notorio es que, como en los casos anteriores, mudaron a los empleados a otro coche, los trajeron al Gran Buenos Aires y finalmente los dejaron en libertad en San Isidro.


- El diagnóstico es que algunas bandas del Gran Buenos Aires se trasladan al interior bonaerense para aprovechar el menor control, a lo que se suma el buen momento del campo.

- Aunque el secuestro de Ta-borda lo realizaron no menos de seis personas, hay datos contradictorios de la banda. Por un lado, han mostrado capacidad para esconder a la secuestrada. El rescate fue exiguo por las estructura delictiva demostrada para llevar adelante el ilícito.


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