El rescate de la esposa del titular de la Afip Pergamino

La Opinión Pergamino. Frente al domicilio de la familia Cruellas se apostaron varios medios nacionales que perjudicaron las negociaciones con los raptores. No hubo novedades en torno del secuestro de Cristina Raquel Taborda, la esposa del titular de la oficina local de la Afip,

Eduardo Cruellas, quien está en manos de secuestradores desde el domingo a la tarde, cuando fue privada de la libertad en un atraco que tuvo lugar sobre la ruta provincial Nº 191, entre las localidades bonaerenses de San Pedro y Arrecifes.

Durante toda la jornada de ayer los secuestradores no establecieron ningún contacto con Eduardo Cruellas, quien en persona está esperando la comunicación para negociar con los delincuentes.

Según fue confirmado por fuentes impecables, Cruellas está muy molesto con el tratamiento que le están dando al hecho la mayoría de los medios periodísticos nacionales (específicamente los radiales y televisivos), ya que atribuye a la trascendencia brindada y a la pirotecnia de datos lanzados -algunos erróneos, otros exagerados y muy pocos certeros- la ruptura de las negociaciones con los secuestradores.

Para ayer se aguardaba una comunicación pero ésta nunca llegó, con lo cual la angustia aumenta a pasos acelerados.

No obstante las horas de desesperación que está viviendo la familia Cruellas y todo su entorno de amistades, medios nacionales están instalados frente al domicilio familiar a la espera de una nota. Y al no haber novedades es que comienzan a surgir rumores de todo tipo que lo único que hacen es desinformar y hasta llegan a entorpecer las discusiones, porque la única noticia hasta ahora es que no se estableció un nuevo contacto para continuar la negociación.

En consecuencia, Cristina Raquel Taborda, de 43 años, esposa de Eduardo Cruellas y madre de dos hijos, de 14 y 16 años, pasó ayer su tercer día y medio privada de la libertad, aparentemente en algún lugar de la Capital Federal o el Gran Buenos Aires, dado que ése habría sido el rumbo tomado por los malvivientes cuando la raptaron.