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21/05/2004 |
Datos alarmantes El peligro de contraer hidatidosis La enfermedad es transmitida por los perros. En la provincia de Buenos Aires existe uno de los principales focos. |
Una nueva señal de alarma plantearon los veterinarios por las heces de los animales domésticos, principalmente los perros, que comen vísceras y al desprenderse de ellas pueden provocar una enfermedad de transmisión al hombre que puede tornarse fatal. Puntualmente, se remarcó en un congreso internacional de reciente realización que «en Argentina, casi tres millones de personas están en riesgo de contraer hidatidosis», enfermedad que se hospeda en el intestino de los perros. En este caso puede tratarse de animales que tienen dueños y sobre todo en aquellos que son vagabundos, ya que los portadores que comen vísceras. Datos alarmantes Los datos más inquietantes fueron arrojados por los estadísticos que asistieron al encuentro que tuvo el auspicio de la Organización Panamericana de la Salud: dicen que entre 1995 y 2001 se produjeron 177 muertes por hidatidosis. Cabe indicar que a pesar de que los especialistas le apuntan principalmente a las zonas rurales, también los parásitos podrían estar en los paseos públicos, donde suelen defecar los animales sin control alguno, sobre todo aquellos que son abandonados desde distintos puntos de la región, desconociéndose absolutamente su procedencia. El mal de hidatidosis fue descripto por primera vez en 1780, en el Río de la Plata. Remarcan que «aunque la mayoría son casos de zonas rurales, también pueden darse en sectores urbanos y suburbanos en las que la pobreza aumenta con casos de perros infectados». El parásito que causa la enfermedad se denomina Echino-coccus granulosus, y está en el intestino del perro que recibieron vísceras de ganado ya contaminados. Esos perros, a su vez, eliminan en sus heces los huevos de los parásitos y así contaminan fuentes de agua, verduras y pastos que pueden ser ingeridos por vacas, ovejas, cerdos y cabras. Los seres humanos contraen la enfermedad al consumir agua en mal estado, verduras mal lavadas, o al estar en contacto directo con los canes ya infectados. Prevención Entre las prevenciones que se mencionan figuran: no dejar que los perros coman vísceras crudas; siempre hay que lavarse bien las manos antes de comer; y lavar bien las verduras de huerta. En caso de que el agua sea de pozo, la misma debería potabilizarse. Los científicos aseguran que «hasta el 40 por ciento de los perros de áreas endémicas (entre las cuales se encuentra la provincia de Buenos Aires) son portadores del parásito. |