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04/01/2004 |
La conmoción Asaltan a la familia Noé NOTAS DEL ANUARIO En la noche del viernes, una banda compuesta por cinco personas ingresó a la casa de Enrique Noé, situada en calle 47 y 23, tomando de rehén a la familia. Finalmente lograron fugarse llevándose dinero, joyas y un auto Peugeot 505 que se encontraba estacionado en el garaje |
El grave suceso ocurrió a las 20 hs del Viernes Santo, cuando sobre la ciudad caía una to-rrencial lluvia y las calles se encontraban con un escaso tránsito vehicular. Los cinco individuos lograron introducirse en el interior de la vivienda. Esta acción se vio facilitada por el hecho de que los delincuentes encontraron las dos puertas de ingreso sin la correspondiente seguridad. Según se pudo establecer, la esposa de Enrique Noé y su hijo Gustavo habían salido a llevar a Rosario, hija del matrimonio, hasta un cibercafé. Al regresar ,el mayor de los hermanos se retiró del lugar, ingresando la mujer a la vivienda. Los malvivientes habrían estado observando el movimiento, debido a que minutos después entraron corriendo, sorprendiendo a la mujer que estaba en el living mirando televisión y obligándola a tirarse al piso. Una vez dueños de la situación se dirigieron al comedor diario donde se encontraba Enrique Noé, reduciéndolo rápidamente. Los asaltantes pedían com-pulsivamente el dinero y las joyas. Como instrumento de amenaza los asaltantes llegaron a cortar un cable eléctrico al que introdujeron en un enchufe, amenazando con usarlo como picana contra las indefensas víctimas. Por otro lado, llama la atención que uno de los malvivientes estaba encapuchado mientras que los demás actuaban a cara descubierta y con mucha profesionalidad. El encapuchado habría actuado como el «entre-gador» y se domiciliaría en nuestra ciudad, mientras que los restantes miembros de la banda provendrían de una ciudad santafesina. Por otro lado los cacos también fueron hasta la vivienda contigua, donde se encontraba Dominga Noé. La doméstica fue reducida y atada y fue obligada a taparse con un cubrecama. Los asaltantes además se dirigieron a la farmacia, donde vaciaron la caja registradora y forzaron a la esposa de Noé a abrir la caja fuerte. En forma posterior maniataron a las víctimas y colocaron sobre sus cabezas sendas capuchas. Las amenazas de muerte se sucedieron, hasta que llegó la hija del matrimonio. Los cacos también amenazaron de muerte a la joven y hasta le dijeron que le cortarían la oreja. Las víctimas, aterrorizadas, finalmente entregaron las llaves de la segunda y más pequeña caja fuerte.
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