El peligro del agua corriente contaminada

El cuidado de los pozos de agua. El problema de la clorinación . El peligro de invasión bacteriana. La última canilla. El agua dura.

El gobierno municipal que recién inicia su mandato debe tener la prioridad de solucionar la mala calidad del agua que consume diariamente la población.

En el presente y por distintos motivos, entre los que se encuentra la falta de reflejos para solucionar los problemas prioritarios que tuvo el gobierno saliente, existe la posibilidad de contaminación bacteriana del agua.

El tema es complicado, pero es nuestro deber hacerlo enten-dible y que algunos conceptos básicos deban ser manejados por el consumidor. El agua es extraída de distintos pozos.

En total existe un número de nueve. El sistema de la puesta en marcha de las bombas de agua alternativamente (para que descansen) está manejado desde una central por un sistema computado. El agua extraída es llevada y almacenada en el gran tanque de 42 y 23.

En deposito el agua es clorinada para evitar cualquier posible contaminación.

El agua «curada» es provista desde el tanque a la red y es el líquido que consumimos a diario.
Se debe resaltar (es muy importante) que el agua recorre toda la red en la planta urbana, y retorna al lugar de salida (tanque de 42 y 23) a la denominada «última canilla del sistema» y que esta situada en el interior de la construcción donde se asienta el tanque de Obras Sanitarias. La canilla sirve -entre otras cosas- para seguimiento y control del líquido que consumimos.

El sistema de control es realizado a través de distintos tipos de análisis físicos- químicos. Según nuestra información - ya lo venimos denunciando hace seis meses- en «la última canilla de la ciudad» no existiría suficiente cantidad de cloro libre para prevenir cualquier tipo de contaminación. La amenaza de una contaminación masiva a través del agua es una posibilidad cierta.

Agua dura

La ciudad de Colón tiene una agua de consumo « dura» ( nivel de sales muy alto). El ejemplo más entendible es la cantidad de «sarro» que se acumula en las ollas, pavas de agua, espiral de los calefones etc.

Por otro lado, la carrocería de los vehículos en nuestra zona se deteriora rápidamente debido a esta problemática.

Las sales captan el cloro transformándolo a su vez en sal ( Cloruro de Sodio, etc.). El fenómeno químico no permite que haya suficiente concentración de cloro (Cl) libre, para que actúe en la prevención de probables contaminaciones.

Para solucionar la amenaza (sumamente preocupante) se debería optar por dos caminos posibles. El primero, es desarrollar un sistema para quitar las sales del agua que sale del tanque de 42 y 23 a la red de consumo. En este sentido, existen algunos aplicables económicamente.

La segunda solución es instalar un sistema de computado de clori-nación en distintos puntos de la red, para asegurar que exista cloro libre en concentraciones adecuadas.

Por otro lado, en los análisis físicos existirían un alto porcentaje de sulfatos, nitratos y arsénico. Las sustancias mencionadas están sospechadas de causar de distintos tipos de cáncer.

Cabe recordar, el alto índice de muertes por esta enfermedad que llega al 25 por ciento del total.

Los pozos

Por último, las autoridades entrantes deberán disponer un sistema de análisis diario para controlar la clorinación del agua y la calidad físico química.

Según nuestra información, los análisis meses atrás, se realizaban esporádicamente y si algún funcionario saliente puede probar lo contrario que se muestre como prueba los protocolos de los controles realizados.

Por ejemplo, y para tomar como ejemplo en los frigoríficos de exportación, el Servicio Nacional de Sanidad Animal realiza varias veces al día los muestreos de determinación de cloro libre con un sistema que es instantáneo (fenoftalina).

En nuestra ciudad, se necesita armar un laboratorio para realizar este tipo de controles diariamente. Lo primordial en los funcionarios es distinguir el mundo real del que imaginamos y es inalcanzable.