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18/10/2003 |
Instalación de supermercado Las venas abiertas de Colón La pelea es pobre contra pobre. La ciudad debe imponer la contracultura de la solidaridad. Existe un enfrentamiento ficticio de consumidores contra comerciantes. |
El Centro de comerciantes e Industriales de Colón emitió un duro comunicado de prensa luego de la habilitación del supermercado de capital oriental titulado otro más y van... En el mismo dice “ El asesor letrado de la Municipalidad de Colón, Dr. Carlos Rossi consideró viable la habilitación sin importar la vigencia de la ordenanza N º 2133 y siendo que miembros de la comisión directiva de la Cámara argumentaban los perjuicios socio- económicos que comenzaran a producirse considerando que rige el estado de emergencia del sector comercial, minorista y mayorista del Partido de Colón; motivo por lo cual se encuentra suspendido todo trámite de habilitación en la categoría de supermercados y cadenas de distribución nacionales y provinciales, de venta minorista y mayorista por un plazo de 180 días; abarcando también todos los casos en los que aún no se ha concedido la habilitación correspondiente, aún para aquellos que han obtenido factibilidad. Pero, así y todo, el doctor no quiso dar marcha atrás a su dictamen, avalado sin duda alguna por el propio intendente, doctor Miguel Lavatelli y el secretario de gobierno, Marcelo Bataglia”. La Cámara en otro punto indica los perjuicios que traerá el trámite administrativo de habilitación “ ...el normal desenvolvimiento de la economía local, las fuentes de trabajo que genera el normal desenvolvimiento de la economía local, las fuentes de trabajo que genera el comercio minorista, evitar la distorsión de mercados, la competencia desleal, las leyes en vigencia son sólo algunas de las variables que el Departamento Ejecutivo no tuvo en cuenta...”. Una vieja historia La serie de equívocos que se sucedieron en la ciudad al no reglamentar la instalación de supermercados debe ser asumida por autoridades municipales, dirigentes de distintos sectores, partidos políticos y los propios comerciantes. El alerta rojo en la ciudad fue la instalación de Supermas que tomó de sorpresa a la mayoría . El efecto fue desbastador. El perjuicio económico en la ciudad llegó a varios centenares de miles de dólares. La investigación nos llevo a una empresa con sede en Uruguay con un capital accionario de 12 mil pesos . El segundo mojón fue supermercado Delta. El propietario del mismo ( la cara visible de la maniobra) provenía del sector que comercializaba y faenaba medias reses vacunas. En algunos círculos se sospechaba que en la década de los ochenta había participado en la denominada “mafia consumera” . La nueva habilitación de este tipo de comercio, pone en el tapete la “vieja “ lucha de pobres contra pobres. En una punta de la trama social-económica se encuentra el consumidor que “busca precios” para hacer rendir los magros salarios. En el otro extremo están los pequeños emprendimientos de los comerciantes locales. Muchos negocios por una razón de escala cerrarán. Las nuevas pérdidas de puestos de trabajo serán una realidad. La lista de 2500 desocupados (1000 son titulares de planes trabajar) que con justa razón buscan precios en los alimentos para llevar a su mesa aumentará. Una porción de dinero saldrá de la ciudad y la velocidad del circulante del mismo disminuirá. El final es lógico. La localidad sufrirá un duro golpe. Se debe tener en cuenta que la economía de una ciudad es similar a la de un país. En la Argentina de los años noventa unos pocos se enriquecieron, mientras la mayoría se empobreció. |