El preso VIP libre

El viernes pagó 20 mil pesos y esta libre. Estuvo seis meses en prisión en un a celda VIP. Las sospechas

Jorge Palau con domicilio en Firmat, estafó por sumas millonarias. El accionar del timador no se pudo dar sin un fuerte apoyo logístico y alguien que “le diera datos” esenciales para consumar la maniobra. La pregunta del millón es : ¿Quién es el delincuente que estafó a empresarios de la zona? ¿Qué contactos tenía? y ¿Porqué se movía tan libremente?

El hombre que estafó a empresarios de Colón, San Nicolás, Hughes, Villa Constitución, Salta Arrecifes (vaya a saber cuantos más) recuperó la libertad el viernes pagando una fianza de solamente 20 mil pesos.

La causa judicial no revela contactos con el Poder Judicial, político o policial, pero se sospecha que los tenía y en un grado muy alto.

El común de los mortales no se explica, la protección que tenía el malviviente debido a que en abril, cuando lo detuvieron, consiguió que lo llevaran a la Alcaidía Mayor de la ex Jefatura. Enseguida logró que sus carceleros lo ubicaran en el VIP, un sector con comodidades al que se accedía pagando un alquiler a los custodios. El sistema permitía tener acceso a teléfonos celulares, televisión por cable, visitas fuera de los horarios oficiales e incluso un regimen de salidas.

El poder que demostró fue muy grande. Para colmo cuando hace pocas semanas los familiares de los otros detenidos denunciaron la situación anormal, sobre cómo funcionaba y se ingresaba al lugar de detención VIP, Palau y sus otros ocupantes cayeron en desgracia. Algunos fueron trasladados a Coronda y él fue a parar a la vieja Cárcel de Encausados, con un estilo de vida más duro al de la Alcaidía y menos acorde con el status que mostraba cuando era un hombre libre. Lo notable que muy pronto recuperó la libertad.

La fianza

La fianza le costó un poco más cara que una celda en el sector VIP de la Alcaidía Mayor de la ex Jefatura de policía, pero le sirvió a Jorge Palau para volver a ser un hombre libre: después de garantizar con una propiedad de 20 mil pesos que no eludirá a la Justicia, el hombre sospechado de timar a varios productores agropecuarios fingiendo que era funcionario de la Aduana fue excarcelado el viernes tras pasar las últimas tres semanas en la Unidad III, la cárcel de Riccheri y Zeballos. Igual seguirá imputado de estafa, aunque sólo en una de las dos causas en las que aparecía implicado.

Palau fue liberado por decisión del juez de Instrucción Nº 7, Eduardo Suárez Romero, quien tiene a su cargo las pesquisas de las defraudaciones que se le adjudican. Junto a él también está imputado Gladys Norma Boix, quien ya estaba libre.

Ambos fueron detenidos por efectivos de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) de la policía el 10 de abril de este año. La mujer fue excarcelada un par de días después porque, contrariamente a lo que sucede con Palau, no registraba antecedentes penales.

Palau está imputado de ser quien estafó por 153 mil pesos a un productor agropecuario de la localidad bonaerense de Piedritas, de apellido Matiu. También se le adjudican otras estafas, todas cometidas mediante el mismo modo de operar: se hacía pasar por funcionario de la Aduana, ofrecía productos agroquímicos y otros a bajo precio y luego se quedaba con el dinero de las personas que caían en la trampa, entre ellos un colonense.

Su ardid era impecable. Dotado de una gran simpatía, convencía a sus clientes de que tenía acceso a mercadería subastada por la Aduana. Para conseguirlo los citaba en el edificio de la avenida Belgrano y decía que operaba a través de una empresa que en realidad no existe.

También se movilizaba en un superauto, un Volkswagen Passat que adquirió de segunda mano y aparentemente nunca terminó de pagar, y presentaba a una secretaria personal que no era otra que Boix. Como él, también la mujer solía usar una identidad falsa.

Mauricio Gustavo Tolosa, Juan Carlos Peralta, Marcelo Ibáñez o Juan Carlos Tolosa, o Alberto Monticelo eran los nombres que usaba alternativamente Palau para ocultar el suyo. El día que allanaron su casa, la policía también encontró papelería de la firma CM Distribuidora Córdoba, de Sánchez Hermanos, que era la pantalla para cometer las estafas.

Boix usaba el nombre de Norma Vidal y tenía una credencial del Ministerio de Economía de la Nación. El día que los detuvieron circulaban juntos en un Volkswagen Gacel que pertenece a la mujer. Aún no se sabe si eran falsos o no, pero a bordo había papeles que lo acreditaban como vehículo de uso oficial supuestamente otorgados por el mismo ministerio. La presunción es que, como todo lo demás, esos documentos eran parte del engaño para atraer clientes.