Un ejemplo en Colón que pone los pelos de punta

Una nota de Colón Doce derivó en una situación de malgusto para con chicos de la calle que no se lo merecen. Los derechos del niño son universales y también por consiguiente existen en Colón.

Los miembros de la generación del 37 (Alberti, Sarmiento, Mitre) se propusieron introducir en la sociedad argentina nuevos valores, para cambiar los que venían del período colonial: la división de poderes reemplazó al absolutismo político; la libertad de cultos, a la intolerancia religiosa; el principio de juridicidad, al incumplimiento de la ley; la igualdad, a los rasgos estamentales; la defensa de la propiedad privada y la iniciativa individual, al estatismo económico, y el fomento de la inmigración, al odio al extranjero, que se había expresado en la prohibición de ingreso de judíos, moros y herejes.

Estas reformas, consagradas en la Constitución de 1853, sumadas a la enseñanza laica, gratuita y obligatoria sancionada por la ley 1420, produjeron un enorme progreso político y económico, y en 1910 nuestro ingreso por habitante era casi igual al de Francia y tres veces superior al de Italia (García Hamilton).

El presidente Néstor Kirchner y el próximo intendente en Colón deberá trabajar mucho y con políticas acertadas para generar una corriente contracultural opuesta a las que generó el menemismo en el país y en Colón muchos políticos locales adhirieron y transmitieron. La generación de la contracultura debe llevarnos a recuperar valores esenciales para el futuro de nuestra ciudad. Entre los pilares fundamentales a construir se encuentra una política integral destinada a la infancia.

Valores

En nota publicada el viernes 15 de agosto por Colón Doce y que titulamos “Y mañana serán hombres..” decíamos que en nuestra ciudad decenas de menores piden monedas y otros trabajan sosteniendo hogares y por consiguiente no asisten a las respectivas escuelas. En el ejemplo señalábamos : “ En un conocido supermercado de calle 48 y 20, comúnmente se ven a tres chicos pidiendo monedas. Una cronista de Colón Doce escuchó el siguiente dialogo. Chico 1: “ ¿ Le vas a llevar plata a tu papá?”.

Chico 2: “No esta vez no, ¿y vos se lo vas a llevar a tu abuelo?. Chico 1: “ No si vos no se lo llevas yo tampoco”. La cronista de Colón Doce preguntó “ ¿van a la escuela?”. Chico 1: “ No yo iba a la Escuela Nº 1, pero ya no voy”. Chico 2 “ yo voy a la escuela pero hace dos días que falto” y finalmente el más callado contestó “ Yo iba a la Escuela Nº 4, pero ahora tampoco voy”.

La nota se completaba con ejemplos de menores que concurren al basural municipal a comer y juntar basura, además están los que recogen residuos de las bolsas que se dejan frente a los domicilios.
En este sentido, un médico pediatra denunció a este Semanario que observó a varios menores sentarse en la vereda e ingerir restos de comida que sacaban de las bolsas de residuos que dejamos en los canastos frente a nuestras casas.

La problemática de por si es grave, pero aún es más grave que una docente, haya dicho a los chicos que piden monedas en centro comercial de 48 y 20: “salieron en el Semanario Colón Doce”. En este sentido, primero no se debería haber avergonzado a los niños y se tendría que haber pedido la intervención judicial para que se ponga un “límite” a los padres. Las víctimas siempre son inocentes y estos menores sabemos que son utilizados vilmente. Además, debemos tener el sentido común para determinar que los niños de referencia no eligieron salir a pedir. Las palabras no pueden describir la impotencia que se siente ante semejante actitud y que demuestra una falta total del manejo de algunos educadores hacia los educandos.

No somos una isla

En nuestro pago chico si queremos podemos cambiar esta historia. En Colón existe decenas de niños que por trabajar, no asisten a las escuelas por lo que se estaría violando las normativas vigentes sobre educación obligatoria. Por otro lado, estamos observando la falta de una política integral en minoridad y que además por elegir caminos equivocados el propio gobierno municipal, esta creando una cultura en familias carenciadas de “aprovechamiento” del menor para lograr subsistencia económica .

La situación es grave. En la Argentina de los casi 15.000.000 de pobres, la mitad son niños y niñas, que tienen negado el pleno ejercicio de sus derechos consagrados en la Convención sobre los Derechos de Niño/a Artículo 75 inciso 22 de la Constitución de la Nación Argentina de 1994

Los datos relacionados con la educación también son alarmantes ya que:

* más de 80.000 chicos que trabajan ya no asisten a la escuela
* 140.000 de los chicos trabajadores estudian registrando sobreedad
* 700.000 son menores trabajadores
* es superior a 20.000 los chicos internados en institutos de menores y neuropsiquiátricos

Estas cifras se encuadran en que en nuestro país hay 7 millones de adolescentes y chicos que viven en la pobreza. Son el 58,8% de los 13 millones menores de 18 años, según organismos nacionales. Desde 1997 la cantidad de menores que viven en hogares pobres aumentó en 2 millones de personas.

Casi 3 millones pertenecen a familias indigentes:

* 1 de 4 menores de 18 años es indigente
* 2,1 millones tienen menos de 5 años
* 2,8 millones cuentan entre 6 y 12 años
* 2.2 millones tienen entre 13 y 18 años