La mayoría de las tragedias en las calles de la ciudad de Colón tuvo denominadores comunes que son: demasiado alcohol en los que conducían los vehículos, que hizo que no respetaran las normas de tránsito. Las víctimas en su gran mayoría fueron inocentes el cual el único delito que cometieron fue cruzarse con un conductor embriagado.
Sin embargo prácticamente no se hizo nada para combatir las causales (venta de bebidas a menores etc) y en cambio se dispuso la “caza” de conductores de motos sin casco, cuando esta debía ser una norma optativa para los mayores de 18 años y complementada con una campaña de educación masiva en las escuelas sobre los prejuicios que tiene el uso de alcohol, drogas, estimulantes permitidos, etc.
El estudio
La distracción y el incumplimiento de normas elementales como cruzar por las sendas demarcadas, respetar los límites de velocidad y la luz de los semáforos, encabezan a nivel mundial las causales de accidentes de tránsito, donde los peatones llevan la peor parte.
En la Capital Federal, según un estudio sobre Seguridad Vial realizado por la Defensoría del Pueblo, los peatones representan el 60 por ciento de las víctimas fatales en accidentes viales. Y en los Estados Unidos, los atropellos son la primera causal de muerte entre los menores de 14 años.
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La tozudez de algunos de nuestros funcionarios en las cosas del diario vivir y con estadísticas en la mano nos llama la atención.