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26/06/2003 |
Se va Maulión Un obispo comprometido Fue un hombre comprometido con los que más sufrieron. Los recuerdos de Colón y sus preocupaciones. |
El 9 de julio de 1995, Monseñor Mario Luis Bautista Maulión, en una multitudinaria fiesta, asumió como obispo de la Diócesis de San Nicolás, que hacía varios meses estaba sin pastor. Ahora Monseñor Maulión asumirá en Paraná el 9 de julio, exactamente ocho años después de haber tomado la conducción de la Diócesis de San Nicolás. Su designación para ocupar el cargo de arzobispo en la capital entrerriana llegó después de la renuncia -por razones de edad- de Monseñor Estanislao Karlic. Sobre lo que no hay precisiones es en relación a quién será el sucesor de Maulión en San Nicolás. Monseñor Mario Maulión fue el sexto obispo de la Diócesis de San Nicolás, creada por el Papa Pío XII el 3 de marzo de 1947. Esta Diócesis comprende los partidos bonaerenses de San Nicolás, Ramallo, Pergamino, San Pedro, Arrecifes, Salto, Capitán Sarmiento, General Arenales, Colón y Rojas. Su primer obispo, que se hizo cargo recién en 1955, fue Monseñor Silvino Martínez, casualmente quien ordenó como sacerdote a Maulión en 1960. Los recuerdos Entre los recuerdos que más vienen a la memoria de su paso por Colón, fue la primer entrevista que tuvimos. El se sentó en un amplio sillón, la conversación duró más de una hora. Estuvimos a solas y el obispo se preocupó por lo que estaba aconteciendo socialmente en la ciudad y sobre todo con el Frigorífico San Sebastián y trataba de averiguar como iba a repercutir los despidos que se estaban realizando en la economía de la ciudad. Sabía seguramente en su fuero íntimo que vendrían épocas difíciles para los argentinos sobre todo con una gran desocupación. En ese momento entendimos que no debía separarse la función pastoral y divina de la terrenal y como periodistas debíamos comprometernos con la realidad. Balance En un reportaje concedido a medio pergaminense el Obispo Maulión hace una balance de su gestión “ Agregó “Yo he querido estar siempre cerca de la gente, y quiero que la Iglesia esté cerca del hombre concreto. Es decir, no sé si yo lo he cumplido exactamente, pero tengo la claridad de que como Iglesia tenemos que hacerle caso a Jesús en todo y especialmente en esto: Jesús nunca dijo esperen a los que vengan sino vayan a todos y como Iglesia a veces me parece que no estamos cumpliendo muy bien esto. Ir a todos significa llegar al hombre concreto, al que está en la calle, en la oficina... No digo que la Iglesia esté ausente, pero me parece que tenemos que tener una presencia más fuerte y, sobre todo, estar muy presente en las situaciones de dolor y de conflicto. Porque los conflictos sociales y los que están planteando cambios culturales en nuestra sociedad requieren la presencia lúcida de los creyentes”. |