Voto electrónico en setiembre

En total habrá 900 urnas en una prueba piloto en territorio bonaerense. Se instalarían en 15 distritos no polémicos con los resultados electorales.

En el cuarto oscuro habrá una computadora con una pantalla, diez dígitos y tres teclas, una verde que dice «confirma», una blanca que dice «blanco» y una roja que dice «corrige». Así es la urna electrónica que le prestará Brasil al gobierno bonaerense para poner en marcha una prueba piloto sobre el siete por ciento del total de la cantidad de mesas electorales que se utilizarán el próximo 14 de septiembre de 2003.

La semana anterior funcionarios de la junta electoral de la provincia de Brasil, convocados por el Jefe de Gabinete, Florencio Randazzo, estuvieron en la Casa de Gobierno evacuando las dudas del gobernador Felipe Solá y fundamentalmente de los legisladores de la Provincia que son quienes deberán aprobar el proyecto de ley que habilita a la Provincia a realizar una prueba piloto de voto electrónico en la Provincia de Buenos Aires.

Los legisladores no parecían muy convencidos del proyecto que duerme en la Legislatura desde noviembre del año pasado. Ahora se comprometieron a «apurar» los plazos.

900 urnas

La instrumentación de la prueba piloto con algo más de 900 urnas le costará a la Provincia cerca de 350 mil pesos, que es el precio del seguro que deberán pagar por cada máquina y el flete para traerlas del Brasil.

Si todo anduviese bien, y la Provincia decidiese comprar las urnas, Brasil las está cotizando actualmente a 400 dólares.

Hay dos pasos imprescindibles para que se pueda concretar la prueba piloto: que los legisladores bonaerenses aprueben el proyecto y que además, el Congreso Nacional permita una modificación al Código Electoral Nacional que habilite a cada provincia a regirse electoralmente con sus propias leyes.

Randazzo aseguró que están buscando, en conjunto con la Junta Electoral, los distritos donde históricamente no ha habido problemas con el resultado de las elecciones, para ubicar allí las urnas electrónicas. Respuestas básicas: tienen baterías propias por si se corta la luz; los botones son grandes y visibles; hay urnas con sistema Braile.

Se elige categoría por categoría, primero gobernador, después diputados, después intendentes, concejales y consejeros escolares; para cada uno se puede elegir, corregir y confirmar. La urna electrónica consta de dos partes unidas por un cable: de un lado está la máquina donde la gente vota y del otro hay una especie de controlador -otro tecladito-.

El teclado más pequeño lo maneja el presidente de mesa, allí se ingresa el número de documento del votante de turno, la máquina inmediatamente marca el nombre correspondiente al DNI y lo habilita para votar. Así, el elector se enfrenta a la máquina cuya pantalla le muestra los números de lista de cada candidato o partido; digita el número que quiere votar y surge la foto del candidato, así «confirma» que es ése, o corrige y luego confirma como en un cajero automático.

A cada paso, la máquina pregunta «está seguro» y el elector va «confirmando» con el botón verde; hay una opción para impugnar el voto, para manifestar bronca, y además contempla el voto en Blanco con el botón del mismo color.

Antes de los comicios las autoridades de cada partido pondrán en funcionamiento las máquinas, que están preparadas para emitir un ticket o acta de «urna vacía», eso indicará que no hubo «cargado» anterior de votos.

Solá, Randazzo y los expertos brasileros aseguraron que no es imposible alterar un dato, que el sistema es infranqueable por el nivel de encriptación.

Para la elección de Lula Da Silva, todo Brasil -115 millones de votantes- votó con el sistema electrónico, ellos lo estaban probando desde 1996