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| 06/06/2003 |
| Reclamo Bonaerense Las regalías agropecuarias |
El partido de Colón tiene un stock ganadero de excelente calidad. La producción de carne vacuna por palatabilidad y peso de sus animales, en general tiene como destino la exportación (cortes Hilton). El número de vacunos alcanza en nuestro partido a las 36 mil cabezas. En forma anual entra al circuito de comercialización de carnes el 25 por ciento (9000 cabezas). El promedio de venta por unidad es de 350 kilos . El beneficio económico total alcanzaría a los 2.100.000 dólares. En tanto, en la cosecha de maíz la cantidad sembrada es de 18 mil hectáreas. El promedio de producción llega a los 8000 mil kilos la hectárea de promedio. El volumen comercializado anualmente de maíz es de 11 millones de dólares aproximadamente. En la venta de soja de primera, los productores colonenses vendieron por un total de 24 millones de dólares, teniendo en cuenta que se sembraron 49 mil hectáreas. En la cosecha gruesa el Estado se queda con más de 8 millones de dólares ( 20 por ciento en el maíz y 23 por ciento de la soja) y a esto se debe agregar tasas municipales, y demás impuestos nacionales y provinciales que podría hacer subir la cifra en dos y tres millones de dólares. La mayoría de esta cifra ingresa a las arcas nacionales y solamente vuelve al partido un “muy pequeño” porcentaje. La principal “cuenca” de riqueza agropecuaria se encuentra en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires. En el último año el ingreso a las arcas nacionales generada por la exportación de carne y granos alcanzó a los 5 mil millones de dólares. La discriminación es clara, teniendo en cuenta que la Constitución dice que la Nación es dueña del subsuelo de todo el territorio argentino y su producido. A pesar de este precepto son los Estados provinciales productores de petróleo los que cobran directamente las regalías a las empresas que tienen explotación de ese recurso, lo que significa, por supuesto, que esos fondos no son repartidos en el resto de los Estados provinciales y por extensión a los municipios bonaerenses (entre ellos Colón). El argumentó que plantean las provincias petroleras es que las regalías se pagan porque el petróleo es un “recurso no renovable” del subsuelo y por lo tanto en un futuro se agotará. En el mismo sentido, se podría hablar del suelo (utilizado para sembrar ) debido a que se lo encuadra como un “recurso renovable”, pero no se tiene en cuenta que muchos técnicos indican que las tierras también se agotan en su fertilidad y su capacidad productiva como consecuencia de su producción intensiva. El ejemplo Un ejemplo es una parte de la producción anual del partido de Colón. En la comercialización de soja, maíz y carne vacuna se llega a los 37 millones de dólares. La mayoría tiene como destino la inversión fuera del partido (algo que muchos no tienen en cuenta) y además se paga aproximadamente entre 2 y tres millones de dólares a la tesorería de la Nación, en impuesto a las Ganancias, IVA y bienes personales. Sobre estos impuesto la Provincia recibe una parte en la referida coparticipación. En tanto que existe un impuesto adicional llamado “retenciones agropecuarias” (20 por ciento al maíz y 23 por ciento a la soja) y que se dispuso por emergencia nacional y que no tiene ningún tipo de coparticipación a las provincias y por extensión a los municipios como Colón. Las posturas Las provincias de Santa Fe y Buenos Aires tienen dos posturas distintas para reclamar al gobierno nacional una nueva ley de coparticipación. Felipe Sola plantea que el aporte a nuestra Provincia sea reconocido a través de un aumento en el porcentaje que actualmente percibe por la coparticipación general federal de impuestos. En tanto, Carlos Reuteman reclama una figura similar a las que tienen las provincias que cobran regalías por su petróleo y gas, creando una figura especial de “privilegios” para la producción agropecuaria. |
Las provincias que tienen petróleo cobran regalías especiales. En cambio la producción de trigo, maíz, soja y carnes tiene retenciones. La justicia de los reclamos de Salta y Buenos Aires.