|
|
29/05/2003 |
Los nuevos cuentos del tío Los estafadores que utilizan el teléfono Nunca se deben dar datos particulares a desconocidos por teléfono. Si es víctima de situaciones poco claras, rápidamente denunciar el caso a la policía. |
También se debe tener cuidado de no dar el PIN en los cajeros automáticos. Una ingeniosa modalidad de estafa pergeñada por tres presos de la penitenciaría cordobesa de Bower sigue vigente y cobrando víctimas, a pesar de que sus autores fueron descubiertos hace dos meses por la policía . En los últimos meses se había dado casos en las localidades de San Pedro y San Nicolás pero ahora se extiende como una mancha de aceite y ya fueron denunciados más de 200 casos en todo el país. En la mayoría de los casos, el preso que hace el llamado se presenta como oficial de policía encomendado a avisar sobre un accidente. Con un hábil manejo de las preguntas, los silencios y el suspenso, el estafador le sonsaca a la víctima la información necesaria sobre algún familiar que en ese momento está fuera de su vista. Llegado el momento, el falso policía le devela el verdadero motivo (que, en realidad es también falso) de la llamada: el familiar del incauto está secuestrado. La negociación La víctima de la extorsión, a esa altura, se encuentra presa de la situación emocional que urdió el embaucador y accede a negociar el rescate. El pedido resulta insólito: que vaya a comprar tarjetas telefónicas con todo el dinero que disponga en ese momento, y que regrese y le transmita los números del código de cada tarjeta. Luego de eso, el detenido corta la comunicación y deja en ascuas a su presa, quien luego descubrirá el engaño cuando compruebe que el familiar nunca estuvo secuestrado. La investigación En base a escuchas telefónicas, se pudo comprobar que esos llamados extorsivos provenían de la penitenciaría de la ciudad de Córdoba. Entonces se comprendió la razón del singular pedido de rescate: es que como los autores de la maniobra eran presos, ésa era la única manera de lucrar detrás de las rejas, porque nunca podrían haber salido a cobrar un rescate en efectivo. Esa vez fueron descubiertos tres reclusos en plena consumación de la estafa, y fueron derivados a otra dependencia, sin posibilidad de acceder a los teléfonos públicos del presidio. Pero la semana pasada hubo otros dos casos similares, lo que hace pensar a los investigadores que en aquella prisión hay quienes siguen probando suerte con el novedoso cuento del tío. La fuente judicial consultada consideró como “importante” que la población esté alerta ante la existencia de esta maniobra delictiva y recomendó, llegado el caso, no aceptar llamadas de cobro revertido inesperadas o, en su defecto, no responder las preguntas del desconocido, cortar la comunicación y realizar la denuncia de inmediato. Cajeros Automáticos El truco de la tarjeta de débito atrapada en el cajero automático, por el cual fueron robados varios desaprensivos durante el año pasado es muy original. La chica de impecable presencia y aspecto escultural le sugiere a la víctima ingresar a la pequeña cabina para ayudarlo. El hombre no se puede negar y es ahí donde comenzó la cuenta regresiva del hurto del dinero. Una vez adentro y con la pantalla bajo observación la chica le sugiere al hombre ingresar el código de la tarjeta para intentar recuperarla. Según se pudo saber en este “cuento del tío” la víctima llega a un cajero automático que ya fue preparado, con un dispositivo casero, para que la tarjeta quede atrapada. Cuando el desprevenido observa que la máquina no le responde, una persona, de inopinable aspecto, se presenta comedida y ofrece ayuda. Y sugiere que apriete el botón para cancelar la operación y, enseguida, hacerle ingresar nuevamente el código del plástico. El o la ladrona espía y memoriza el PIN y se hace luego de la tarjeta para extraer el dinero disponible. El dispositivo empleado es un trozo de vinilo (de placa radio-gráfica), al que va adherido un ganchito que se disimula en el borde de la ranura donde se inserta este truco. La trampa hace que las tarjetas ingresadas no salgan sino manualmente (tirando del ganchito). Los delincuentes de esta manera se apoderan de la tarjeta y ya tienen el PIN. Lo demás es muy simple. |