Volver con la frente marchita

Según las estadísticas del primer trimestre del año, las ventas en supermercados cayeron un 29 por ciento.

En nuestra ciudad progresivamente se vuelve al comercio de barrio.

En la actualidad los almacenes y comercios similares (autoservicios, verdulerías, carnicerias, etc) concentran el 84 por ciento de las ventas de alimentos.

Según la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas, el comercio del barrio a mejorado en sus ventas en detrimento de las grandes cadenas de supermercados.

En la nueva tendencia se incluyen almacenes, kioscos, fiambrerías, ver-dulerías y carnicerías y autoservicios.

La causa más importante es muy simple: los precios en los grandes supermercados están más alto o igual que en los almacenes y autoservicios.

En Colón se puede decir que en general ocurre el mismo fenómeno, salvo excepciones puntuales como es la venta de carne vacuna, donde una carnicería que pertenece a una cadena comercial y que no es supermercado, concentra el 25 por ciento de la venta total de la ciudad.

La tendencia

Los clientes de alimentos saben que no existe mayor diferencia de precios entre almacenes, mercaditos y autoservicios locales, y las tres cadenas de supermercados que existen actualmente en la ciudad. ( en esta lista se excluye a GEA que funciona en las compras en una menor escala comercial y similar a los autoservicios).

Los ejemplos son por demás claros. Los cortes de carne, verduras, frutas, hortalizas y lácteos están más caros en estos grandes centros de venta minorista que en los comercios barriales. La diferencia existente en estos momentos son las ofertas puntuales que ofrecen los grandes supermercados y que cada vez son menores.

Por otro lado, los comercios periféricos mejoraron la atención al público extendiendo sus horarios. En cualquiera de estos comercios se puede notar que sus propietarios están hasta altas horas de la noche atendiendo a sus clientes y de esta forma favoreciendo la compra de “último” momento que pueden realizar las amas de casa y que además facilitan la tarea a aquellas personas que regresan tarde a sus hogares por motivos laborales. Una recorrida por la ciudad después de las 22, demuestra que existen muchos pequeños comercios (kiosco, almacenes, verdulerías y hasta carnicerías) que siguen atendiendo al público.

Este fenómeno se observa más extendido en época estival. Por otro lado, en algunas almacenes, verdulerías y carnicerías han regresado al fiado y el pago de parte del cliente por semana, quincena o por mes. En cambio los supermercados tienen en contra las altas tasas de financiamiento que tienen las tarjetas de crédito que todavía (después de la crisis) quedaron en pié.

La devaluación cambio el estilo de consumir de los argentinos y esto también se observa en el orden local.En tanto las grandes cadenas de supermercados ingresaron en una pesada crisis que de seguir la tendencia deberán realizar ajustes en sus estructuras y buscar nuevas alternativas de ventas.