Una sociedad que olvida a sus abuelos

Por culpa o complicidad, nuestros abuelos son cada vez más olvidados y burlados por una sociedad que mira para otro lado.

Tal como se reflejó desde estas páginas muchos ancianos se convirtieron en una suerte de “enfermos crónicos”. Así se denomina a los viejitos que ingresan en la guardia de un hospital por alguna patología y una vez curados permanecen allí -casi-para siempre.

La mayoría de las historias se registraron en el Hospital “Ricardo Gutiérrez” de La Plata.Se trata de personas que se encuentran sanas pero como no tienen ningún ingreso ni lugar adonde ir las mismas autoridades del centro de salud decidieron dejarlo internado, aún a riesgo de no tener camas disponibles para otros pacientes. El motivo es evidente. Si les dan el alta también los obligarían a morir.

Estos “pacientes crónicos” padecen, en la mayoría de los casos, una “patología social”: no tienen familia, están mal alimentados, viven en la calle, y una vez internados es muy difícil derivarlos o devolverlos a un ambiente adecuado. En el Gutiérrez se calcula que los pacientes en condiciones potenciales de ser “crónicos” representan el 30 por ciento de los que ingresan.

En su mayoría tienen más de 60 años, vienen de barrios periféricos o de la calle, llegan solos, no tienen familia, o sus allegados son muy humildes, sin nadie que los visite.

La decisión del hospital es loable. Pero también hay que decir que el sistema de salud pública se encuentra desbordado y ya ha cargado sobre sus espaldas demasiadas atenciones, simplemente, porque otras instituciones del Estado las ignoran.

Tanto o más que a nuestros abuelos.